30 noviembre, 2005

Perdonáme

Perdonáme,
pero a veces te uso
como escudo,
como castillo inexpugnable
dónde desnudo
de miedos y pesares
puedo refugiarme.
Perdonáme,
pero tu cariño
me acuna tanto
que junto los pedazos
de mi alma
y vuelvo a armarla
para estar contigo.
Perodonáme,
pero tu amor
me da la fuerza
y la certeza
pare proseguir mi lucha.
Perdonáme
si te cargo de razones
para preocuparte
y no quiero cargarte
con mis dudas,
pero tu presencia me ayuda
a seguir con vida.

Tácitas preguntas

Qué sería de la vida sin sueños.
Qué serían de los sueños sin dueño,
vagando eternamente,
sin destino.
Qué sería del abismo
sin los puentes imposibles
de los ojos ciegos
de los enamorados.
Qué serían de los hados
de la vida sin milagros.
Qué sería de mi búsqueda
sin tu encuentro.
Que sería de mi adentro
sin tu alma.
Y cómo mi norte
podría ser magnético
sin tu cama.
Este patético derrotero
de tácitas preguntas
sin respuestas
es la muestra
del estado de mi espíritu.
Que unas palabras sueltas,
lanzadas casi sin ímpetu,
bailan dando vueltas
entre todas mis neblinas.

29 noviembre, 2005

Tu oscuro decir "te amo"

Tanto sueño junto,
tanto afán acumulado.
Que el tiempo ha silenciado
el grito tanto tiempo
que recién hoy ha sucedido.
Era tan obvio y sin embargo
nunca tu boca lo dijo,
no se animó a pronunciar
las palabras prohibidas
hasta el presente día
en que mi vida estalló
entre tus brazos.
Debo olvidar tanto retraso
y saber que la alegría
te ha costado una herida
del recuerdo y del futuro.
Que amar para vos aún es duro
y tu gozo se oscurece
con la experiencia y la memoria
y tanta agonía de la duda.
Gracias le doy a tu esfuerzo
y otra vez te juro en besos
que la que la duda y la memoria
pasarán a la historia
entre tanto y tan bello futuro.
Gracias le doy a tu oscuro
decir "te amo",
que sé que es un regalo
muy caro de tu alma
y tomaré con un poco más de calma
mis miedos y ansiedad.
Gracias, que yo te amo
desde siempre y la felicidad
que hoy me diste de regalo
te la devolveré en muchos años
de alegrías compartidas.

26 noviembre, 2005

El Beso

Siempre debiéramos pensar
bien en los besos que damos,
porque no son bocas que se tocan,
ni sólo labios que regalamos.
El beso no es inconsciente
aunque en él nos perdamos.
No es un ente abstracto.
El beso, en el mejor de los casos,
es un ángel revelado,
es el alma que se muestra
a través de nuestra carne.
El beso es un alarde
grandilocuente de la dicha.
El beso, tan poca cosa,
un acto tan efímero
que puede sellar eternidades.
El beso es un estreno
diariamente repetido.
Y si bien siempre es el mismo
no hay uno igual al otro.
El beso de mi ser absorto
se hunde en tu boca
y navega por tus mejillas.
Pero mi mejor beso
es el beso que besa la maravilla
de mi amor hecha mujer
que casi sin querer
le dio sentido a mi vida.

Te ofrezco un trato

Esta medianoche
que me encuentra tan despierto,
con los ojos bien abiertos
y amargamente incrédulo
de todos mis pensamientos
y de las cosas que siento
que vos disfrutás conmigo.
Por pensarte tanto siempre
por los signos de los signos.
Por andar siempre con sigilo extremo
es que ahora temo
haberme equivocado tanto.
Y en lo que creí placer dulcísimo
se me abre ahora la duda
de tu sacrificio
por contentarme.
Y si hay algo que no quiero es eso.
No quiero que mis besos
te harten algún día.
No quiero que mis excesos
cansen tu alegría.
Debo buscar un equilibrio,
pero no puedo solo.
Y mis soliloquios
deben crecer en diálogo
y mi soledad en compañía.
Sabemos que vivimos
a un ritmo distinto la vida,
pero eso no obliga
a callar por no herir,
o preferir sufrir
a generar dudas.
Acaso fuera éste
un pequeño desencuentro,
un adentro que hay
que sacarlo afuera
para que el placer brote
en nuestra cama
y no canse y agote
el amor que apenas nace.
Todo problema que subyace
algún día sale a flote.
Hagamos que éste nade
y llegue a un buen puerto.
Que tu corazón abierto
no se merece malos ratos.
Por eso te ofrezco un trato:
No te calles nunca
y no temas hacer preguntas
o dar siempre tus respuesta.
Que mi alma está dispuesta
a escuchar tu alma
con su belleza que emana
de mis cosas bellas.
No admito riñas ni querellas
cuando nuestra estrella
apenas se asoma.
Dejemos que las sombras
se apaguen y se vayan.
Que las bocas que callan
nunca logran nada.

25 noviembre, 2005

La espera

Espero tu salida
como un chico espera
la salida de la escuela.
Los minutos pasan lentos
y mi aliento se acelera.
Espero en la vereda
verte trasponer la puerta
para que mi lama abierta
te dé la bienvenida.
Mientras mi boca
suspira y suspira,
se me cierran las heridas
de toda una vida
en tu búsqueda.
Tu hora se demora
y hace eternidades
que quiero abrazarte.
Ojalá nunca me faltes
y que jamás yo te falle.
Que vivir prendido
siempre a tu talle,
es el mejor destino
que puedo imaginarme.

24 noviembre, 2005

Jures y perjures

Las leyendas que cuentan mis versos
evocan de tu boca los besos
que traen consigo.
Y en este inédito desvarío
intento con supremo tino
asirlos y hacerlos míos para siempre.
Las leyendas que cuentas mis poemas
a duras penas pueden contigo.
Y te sostengo a fuerza de rimas
medio tuyas y medio mías
y por la fuerza del cariño.
Cada noche un poema
y al día siguiente las penas
se borran con más poemas,
prosas y palabras de poeta.
Todos los días promesas
que mañana serán viejas
y pasado olvidadas,
para volver a prometerlas
la próxima semana
y acaso un día poder cumplirlas.
La sirena sostenida
por los cantos del navegante
que siempre errante
encalló en sus rocas
y como pocas sus coplas
y las notas de su música
hicieron de la abúlica
criatura de las aguas
una mujer nueva
llena de esperanzas.
Las leyendas que escriben mis dedos
hacen de los sueños
acaso realidades
que nunca serán tales.
Pero es tan dulce el canto
que el probable quebranto
de tantos juramentos
no traen lamentos
sinó suspiros.
¿Quién sabe los milagros
que nos esperan a futuro?
¿Quién no ha visto en lo oscuro
la luz que en tantos años
fue tan esquiva?
De un segundo a otro la vida
se da vuelta
y de vez en cuando ella
nos muestra una sonrisa.
Por eso te pido que te apures
y jures y perjures
en interminables promesas
que es justo esa
la meta de tu vida.
Querida mía, dame esperanzas
que entre denuestos y alabanzas
del mundo que nos trajo a este mundo
y del mundo privado nuestro,
me esperarás contenta
con la mesa puesta
y una buena cena.
Y que así será siempre nuestro encuentro
y así será nuestra familia.

23 noviembre, 2005

Es bello ver

Es bello ver
que emprendemos juntos
nuevos caminos.
Es bello ver
como entretejemos
nuestros destinos.
E intentamos burlar
las soledades
en noches elementales
y días de poesía.
Es bello ver
a mi lado
y encontrarte
codo a codo
y sin temores.
Es bello ver
las labores
que nos esperan.
Y tras años de faenas
una vida buena
lograr unidos.
En este poema
yo despido
a todas las tribulaciones
y a las dudas.
Que por más dura
que sea la tarea
será hermosa
si estoy contigo.

22 noviembre, 2005

Maldita

No te sientas maldita
por tu sangre,
que acaso tu Dios
sea el más potente.
No te sientas expatriada
porque tu patria
está en tus venas.
Y podrán ponerlo
bajo yugos y cadenas,
pero tu pueblo
siempre se libera.
No te sientas extranjera,
que tu tierra
te ha sido prometida
en divinas palabras
que serán cumplidas.
No te sientas ajena
y sin gloria ni penas
por el mundo.
Que este errabundo
poeta
quiere que te quedes quieta
en sus brazos.
Y a largo plazo
fundar tu propia patria
inexpugnable y poderosa.

21 noviembre, 2005

Nunca partiré

Nunca partiré
sino hasta mi muerte,
que quiero siempre verte
a mi lado
y vivir enamorado
el resto de mis días
atado a tu cintura
y tu regazo.

Nunca partiré
y te amaré por siempre,
que mi vida se sostiene
de tu fuerza y de tu imagen.
Y quiera Dios que el trance
a mi vejez sea contigo
y entonces todo lo vivido
no será en vano y sin sentido.

Nunca partiré
y te daré adioses,
que serán siempre hasta luego
cuando partamos al mundo
y las horas serán segundos
hasta que volvamos a casa
y sentir como se abrazan
nuestras almas de fuego.

Nunca partiré
sino hasta el día de mi muerte,
que conmigo siempre tenerte
es el sentido de mi vida.

20 noviembre, 2005

Son tus hijos

Son tus hijos e hijas
mi alegría y mi sonrisa,
mis sueños de bohemio
que ha tocado tierra.
Son tus hijos e hijas
mis planes a futuro
y el duro
despertar cuando no
duermo a tu lado.
Es producto tuyo
mi tonto orgullo
de creer que te merezco
de algún modo,
cuando sólo ofrezco
palabras hechas versos.
Son tu descendencia
mi conciencia
de hombre libre
y la insólita imprudencia
de desear atarme a tu costado.
Es tu más bello hijo
mi andar prolijo
por el mundo.
Que antes era errabundo
y ahora sé donde
dirijo mis pasos.
Son tus hijos
el brillo cálido
del verano
y el amor desnudo
que te regalo cada noche.
Es producto de tu vientre
cuando mi corazón siente
que a mi amor eterno
me debo para siempre.

19 noviembre, 2005

Castillo de sueños

Iré tranquilo y despacio
por el arduo camino
del bosque encantado.
Iré bien protegido
por hechizos de magos
contra los atroces males
del tiempo de tantos daños.
Sortearé los peligros
y las tribulaciones,
venceré todas las tentaciones
de ser cobarde.
Dejaré la espada
a un costado, olvidada
y me enfrentaré al guardián
en su guarida.
Y curaré todas sus heridas
sufridas en viejas guerras.
Venceré al dragón que te cuida
con la fuerza suprema
de mis rimas
en singular duelo de poemas,
que es más fuerte la poesía
que las armas o las penas.
Y una vez enfrente tuyo
te daré un discurso
de historias de búsqueda
y de encuentros.
Así iré a tus adentros
para rescatarte de vos misma
y del olvido
que sos una mujer bella
y que siempre lo has sido.
Que se entierre todo lo sufrido
y lo tan triste vivido
que sea abandonado.
Que cuando seas libre
de la prisión del desengaño,
habitarás todos tus años
junto a mí entre alegrías
en lo que fue un día
un lugar de hierro
y que al vencer el amor
los miedos
y quedar como señor y dueño,
se transformó por siempre
en un castillo de sueños.

18 noviembre, 2005

Plegaria

Que los dioses me eviten
penas y quebrantos,
que nunca más tu llanto
aflore por mis obras
y que mi amor,
que siempre te asombra,
te sostenga en sus manos
que mudas te nombran
cuando tocan tu ausencia.
Que la imperceptible marea
de un día cualquiera
te deje en mi playa
y que nunca más te vayas
de mi vida.
Ojalá que mi suerte
no conozca la muerte
sin habernos amado antes.
Y que deje este mundo
como testimonio rotundo
de veraz existencia
una descendencia
compartida.

17 noviembre, 2005

La mujer que amo

La mujer que amo
es mi sol, mi musa,
mi hoy y mi futuro.
Y pese a lo imperfecto
del presente,
yo le prometo y le auguro
el mejor y más feliz
e intenso porvenir
que pueda imaginarse.

La mujer que amo
tiene luz propia
y hace del sol mero decorado,
porque estoy tan enamorado
que no preciso
que el sol bendito
salga todos los días,
siempre y cuando mis noches
las pase junto a ella.

La mujer que amo
roba a las estrellas
su fulgor
y de corazón me lo regala
entre gritos y suspiros
derramados en su cama.

La mujer que amo
tiene miedo
que entre palabras y promesas
un día yo me vaya.
Ella no sabe que no puedo
y que no quiero
otra cosa de la vida
que el sentimiento duradero
y urgente
de amarla para siempre
con fervor y con sigilo
por los siglos de los siglos.

Tesoro más grande

No hay tesoro más grande
que algo tuyo para mí.
No importa si es un abrazo,
un beso apasionado o sutil,
o aferrado a tu cuerpo
poder dormir.
No hay tesoro más grande
que tu tiempo compartido,
que pretendo sólo mío.
Esas horas de encuentro
y las robadas al sueño
por amarnos tan intensamente,
que no hay más freno
que el cansancio supremo
de tanta caricia y tanto beso
en la temprana noche
que se hace madrugada
en un instante.
Y tanto fue el dolor
de la lejanía
que la primera luz
del nuevo día
nos llamó en secreto
para que los reproches y los retos
se hagan amor concreto
y la tristeza quede perdida
entre las sábanas limpias.

16 noviembre, 2005

Un ángel peligroso

Nunca vi tanta pureza junta
en una misma mujer
que también es tan impura.
Sus ojos se trasfiguran
de santos en pecadores
con los leves roces
de mis dedos exploradores.
Bastan las palabras adecuadas
para encender su pasión
y su sagrado corazón
arde en el fuego del infierno,
que yo enciendo
para lavar mi culpa
de toda una vida de preguntas
sin respuestas.
Nunca vi tanta pureza junta
en la misma carne del pecado
que Dios le ha dado
como dones inescrutables
para despertar pasiones
de hombres desesperados
e irrescatables.
Y como tal, caí en su trampa
de asceta y de demonio
y ahora lucho sin descanso
para anidar en su regazo
y darle el caos ordenado
y la paz que tanto busca.
Ella, un ángel tan peligroso,
un milagro inesperado,
inmerecido y celestial regalo,
tomó mi corazón
y se lo ha quedado.

15 noviembre, 2005

Fieras

Una y otra vez
lucho contra tus fantasmas,
es una tarea larga
y peligrosa.
Y como están las cosas
parece que hasta ahora pierdo
ya que los más bellos recuerdos
nomás sirven para añorarlos
y no como verdades.
Me duelen,
pero comprendo tus dudas.
Es horrible esperar caricias
y recibir insultos,
pero tu espíritu astuto
y prevenido
acaso se prevenga demasiado.
No ha pasado mucho tiempo
y debo estar agradecido
a que los vientos
de tu indulgencia
o la sentencia suspendida
me han beneficiado
con la alegría de estar juntos
todavía.
Y si bien me quejo
de las eternas dudas,
tenéla por segura
a la loca idea
que mi ansia
siempre será el enamorarte
sin temer a las fieras
con las que deba enfrentarme.

Ultimas consideraciones

El lector avisado se habrá dado cuenta que todavía no ha muerto la relación con Bettina.
Si bien herida, aún pervive la magia. Y acaso la perseverancia dé sus frutos.
Por lo tanto, seguiré insistentemente en mi manía de escribirle poemas.
Eso sí, ojalá que algún día puedan volver a la alegría y dejar las lamentaciones y la lejanía.
Esto no termina aquí.

Lucecita

Es extraño,
pero me falta la alegría
cuando no estoy al lado tuyo.
Y aunque sepa que aún estamos juntos,
esa certeza no me alcanza
al saber que tu confianza
me es esquiva.
Mi alma no puede estar tranquila
al pensar tus dudas
y la situación tan insegura
sólo trae inquietud.
Vos que tenés una multitud
de poemas que te hablan de mi amor,
te demorás con pavor
en mis iniquidades.
Si de algo debés estar segura
es que toda mi locura
obedece a mis errores
y que mi cariño y mi esperanza
de que crezca
hacen de mi tristeza
una pequeña lucecita.
Y sueño con que me necesitás
como yo te adoro.

Paternidad

Mi semilla morirá
estéril
si no se mezcla
mi sangre con la tuya.
Que quiero mi progenie
que nazca de tu cuerpo.
Ya tengo hijos,
pero quiero herederos
que lleven tu apellido.
Jamás he sentido
tanta urgencia
por mezclar la herencia
de nuestros genes.
Tal vez vuele demasiado
mi sueño de paternidad
compartida.
Quizás es el peligro
que un destino esquivo
deje yermos
mis afanes
de hacer juntos
una familia.

Desbocado

Hoy no tengo más poemas
que mis sueños desbocados,
que en mi turbia vida
es lo único que ilumina
mi alma oscura
que con denuedo procura
merecer siempre tu cariño.
Mi milagro es tu tormento
que Dios ha dado
a cada uno de nosotros,
mientras yo siento alborozo
se empaña tu gozo
con tantas dudas.
Ojalá un día puedas
dejar atrás los pesares
y que nunca nos separen
nada ni nadie en este mundo.
Desde lo más profundo
de mi pecho
te digo que te amo
y mi carne tiembla,
mi mente se arrebata
y mi alma siempre trata
de darte cosas buenas.
Conozco mis miserias
que mucho te lastiman,
pero es necesario que sepas
que tu alta estima
no me alcanza,
que quiero mucho más
de tu pecho
y que tu lecho
tan hermoso
para el amor y el reposo
no es todo lo que quiero.
Y a fuer de ser sincero,
con vos sueño
hacer una familia.

Contratos

El amor a diario se sostiene,
se hace de las formas que cada uno puede
aunque no siempre resulte inteligente.
El amor se alimenta día a día
de las cotidianeidades
y de los actos duraderos.
No hay sentimiento eterno
si se abandona el primer día
el ímpetu que te ata al ser querido.
Por eso siempre porfío
en detenerme en los detalles
que al fin y al cabo son los que hacen
todos los mañanas.
No quiero un contrato
que se firma una vez
y luego se olvida.
Y no es mejor el que por vos suspira
que el que intenta retenerte
con las armas que tenga a mano
para hacer lo débil fuerte
y así seguir en crecimiento.
No hay amor perpetuo
si no existen ganas,
aunque el destino funesto
a capricho de los hados
amenace con cansarnos
de estar enamorados.

14 noviembre, 2005

Otro poema de ultratumba

Siempre vuelvo a levantarme
cuando el dolor me derrumba.
Cada vez que muero,
salgo de la tumba
y regreso como el aguacero
en época de lluvias.
Siempre que caigo me levanto,
que el quebranto
dura lo que un suspiro.
Y es tanto lo vivido
bien y feliz al lado tuyo,
que mi capullo
siempre nace mariposa
para robar el néctar
de tus flores aromosas.
Siempre vuelvo de la tumba
porque vos como minguna
otra mujer me diste vida.
Y por más suicida
que fuera mi conducta,
nunca me abandonaré a la muerte
mientras piense
que mañana serás mía.

13 noviembre, 2005

Mi carne

Poco sabe mi carne
de los enredos de la mente
y aún el corazón y su dolor
le suelen ser indiferentes.

Nada sabe de tu enojo
y de tus dudas,
sólo te quiere desnuda
al lado de ella.
Y contar innúmeras estrellas
en el cuerpo tuyo
a manera de arrullo
junto con las caricias.

Ella no sospecha
que tu alma tiembla
por temor a ser herida.
Sólo suspira y transpira
por tu piel y por tu sexo.
Y no entiende que los besos
no te enciendan
y que no te duela
estar tan lejana.

Ella no sabe de la semana
de monstruos y de sombras
y afiebrada te nombra
como si tu nombre
fuera el camino
para que,
como carne de hombre,
ella fuera siempre tu destino.

Parto largo y tormentoso

Tantas promesas,
tantos juramentos
debieran pronunciar mis labios.
Tanto presagio funesto
y tanta pesadilla
debo remontar
y extirpar de tu piel
como astillas.
Tantos malos recuerdos,
que ni loco ni cuerdo
enfrentaría tal empresa
si mi alma no fuera presa
del terror a tu olvido.
Tal vez nunca te he merecido
y en eso coincido
con tus pensamientos,
pero tus dudas
sobre mis sentimientos
no las comparto.
Y sé que será un parto
largo y tormentoso
volver a arribar a tus brazos
y ser recibido con alborozo.
Pero, como siempre,
estoy dispuesto a recorrer
el calvario que fuera necesario
para tocar tu corazón
de un modo bueno.
Que poco importa si el suelo
bajo mis pies trepida,
siempre y cuando mi vida
pueda vivirla al lado tuyo.
Y entre tantas alegrías
descubras sorprendida
un día que estás enamorada.

Palabras de amor y desatinos

Gracias por permitirme
seguir vivo.
Y acaso te parezcan
exageraciones de poeta
desesperado y atrevido
que ajusta las palabras
para que rimen en los versos.
Pero no.
Tal vez no sepa
decir de otra manera
que tu cariño y tus besos
son mi motor, mi caldera
y tu felicidad, mi meta.
Tal vez no sepa
decir de otro modo
que sos todo
lo que quiero de la vida.
Y que mis palabras atrevidas
de descuidadas rimas
en realidad son un engendro,
un desfigurado reflejo
de todo lo que siento
y de mis más locos sueños.
Acaso la multitud de poemas
que me has inspirado
no digan nada
al lado de mis gestos.
Y mis ojos que a veces
no se atreven a mirarte
por tratar en vano de ocultarte
mi afán de eternizarme
en tu destino.
Palabras de amor y desatinos
te doy con mano pródiga.
Y todo lo que quiero
es que Dios oiga
mi rezo
para hacer de mis besos
tu sempiterna alegría.

12 noviembre, 2005

Casi suicida

Hice de un vergel
terreno hostil.
Yo que quise morir
en tus brazos
después de muchos años
de vida compartida.
Quise hacerte feliz
y no logré nada más
que heridas.
Tu alma y tu instinto
encontraron en mí
primero refugio
y luego un laberinto
de errores e insultos
que no merecías.
Lloro por eso,
el suceso
más atroz de mi historia.
Ahora guarda tu memoria
mis palabras peores,
sin poder pensar
que las mejores
son las verdaderas.
Y donde quiera
que mire tus murallas,
sé que para mí
están muy altas
e infranqueables.
Aunque me declare culpable
mi culpa no se extingue
y hace imposible
mi perdón.
Pero mi corazón
poco entiende de razones
y sueña que me perdones
en un acto casi suicida.

11 noviembre, 2005

No pido que olvides

No tengo otras palabras
(por demás desvalorizadas)
que "perdonáme,
dejame empezar de nuevo".
No puedo conjurar tu enojo
más que con un arrojo
sapiente de mis culpas.
No permitas, te lo ruego,
que mis peores palabras
apaguen el fuego
encendido y tan cuidado
en decenas de poemas inspirados
en vos, mi vida.
No pido que olvides,
más bien que recuerdes
tanto amor y tanta poesía.
No tengo pases de magia
ni recetas milagrosas
para mostrarte el camino.
Sólo apelo al gran cariño
que sentiste un día conmigo.
Y a mis ganas de luchar
ahora que me acosa tu dolor
y me amenaza tu olvido.

Se fue con vos

Se fue con vos
mi alegría
que todos los días
me acompañaba.
Ya no tengo
tu cuerpo en mi abrazo,
tu pelo en mi cara
durante mi sueño
y tu amor por la mañana.
Cosas extrañas
suceden en mi mente,
mientras doliente
mi carne desespera,
de alguna manera,
no abandono la esperanza.
Y si bien tus gestos
son elocuentes
signos de decepción,
no puede mi corazón
renunciar a la lucha
que será ardua y mucha
por volver a estar contigo.
Y suspiro tras suspiro
subiré como una escalera,
hasta que un día cualquiera
me perdones.
Y vuelva a merecer tus dones,
tu cariño y tu hermosura.

Gato ajeno

Me duele, querida,
no sólo del alma,
fisicamente me duele
la herida
de saberte perdida.
Mi neuroquímica
por vos clama.
Necesito tu amor
con la pasión
de la vida.
Me duele el pecho
y sin darme cuenta, lloro
tirado en mi cama
con un gato ajeno.
El ha venido a mí
tan desconocido y tan negro
como mi espíritu otrora,
justo en la hora
de todos mis miedos.
El me hace compañía
y ronronea su demora
aquí conmigo.
Este gato tiene un sentido
muy preciso para ser amigo
y de mi alma muerta de frío
hace su guarida.
El no me necesita,
pero sabe que sufro
por su partida
y me consuela su osadía
de venir hacia mí
buscando caricias
para que mis manos
que te buscan en vano
por lo menos
su piel encuentren.
El bello e indolente
gato ajeno
hoy duerme conmigo
mientras sin notarlo
te lloro dormido.

10 noviembre, 2005

No quiero

Yo podría aceptar
el perderte para siempre
y mal que mal
sobrellevar el duelo
y en continuo desvelo
llorar mis noches.

Yo podría hacer derroche
de poemas
que canten a la mujer
más buena
que he perdido.

Acaso con el tiempo
ya no duela
y prosiga mi vida
con nuevas heridas
que algún día
serán viejas.

Yo podría resignarme a eso,
pero no quiero un receso
de la vida
cuando todavía
creo que podemos
estar juntos.

Y rescatar del dolor
la historia de este amor
tan bueno
que no quiero
que se muera.

Poema endeble

Endeble y perdido
como un maldito
voy por la vida
sin razón ni sentido.
Soy un condenado
a la larga agonía
de soportar día tras día
el peso de mi culpa.
He pensado tuya
la razón de mi vida
y no encuentro ahora
consuelo en la aurora
que tan gris nace.
He logrado que rechaces
el valor de mis palabras
y mis obras buenas
parece que no alcanzan
para convencerte de mi amor.
Hoy con pavor
veo tu lejanía.
Yo que te quiero tan mía
y estás tan remota.
Mi corazón gota a gota
derrama los sueños
de su vida.
Y en un sucicida
acto de arrojo,
quiero que mires mis ojos
para escrutar si miento
y si mis sentimientos
son mentiras.

Lebreles

Me persigue el deseo
como perros lebreles
en los largos breteles
de tu vestido.
Dudo haber tenido
alguna vez tanto apremio,
sólo se me antoja el premio
tan ansiado de tu cuerpo.
Engaña a mis sentidos
tu figura,
a veces de luz,
otras a oscuras,
pero siempre urgente.
Es tan recurrente
el ataque de tu carne
que hace que desangre
mi alma herida.
No te vayas nunca,
querida,
que sin vos mi vida
es sólo contingencia.
No me des indiferencia
a cambio de mis ruegos,
que sin vos no quiero
seguir vivo.

Cabizbajo

Tengo vedado tu tacto
y tu cuerpo,
tengo a cuentagotas
tus besos.
Fue el perverso
accionar mío
el que trajo el frío
a tu deseo.
Ojalá Dios
me de el milagro
que necesito,
que no resisto
estar lejos tuyo.
Me tragaré el orgullo
del culpable
con tal de estar
de nuevo amable
a tu lado.
Que me perdónes
te pido de rodillas
y aceptes la sencilla
y muy sentida apología.
Que arde mi ruego
en tu desconfianza
y mi esperanza
se marchita.
Vuelvo a vos cabizbajo
en busca de tu gracia.
El destino me trajo
a tu vida
y no me iré
hasta perder la mía.

Harto

Harto ya de mí
y de mi tendencia a herir
a la mujer que quiero.
Harto de mostrar agujeros
cuando debo ser más sólido.
Mis antiguos códigos
de conducta ya no sirven
y es hora de aprender
los suyos.
Pero quiero que unidos
podamos redactar nuevos,
paso a paso y sin apuros,
pero sin demoras.
En ésta triste hora
me pregunto
si tendré otra oportunidad
para estar juntos
y mostrar mi voluntad
de redimirme.
Ella es tan firme
en su enojo
(por demás justificado)
que no doy cinco centavos
por mis posibilidades.
Y no me resigno
a perderla
y haré todo lo que pueda
para que me crea
que la amo
como nunca amé a nadie.
Yo que no soy cobarde
tengo tanto miedo
de perderla.
Por tonto y por idiota,
que mi derrota
sea eterna.

09 noviembre, 2005

Perpetua Condena

Pasa todo en mi cabeza.
Que no hay certeza
de felicidad en las pasiones.
Las ilusiones
siempre conducen a errores,
penas y temores
que estropéan todo paraíso,
que con tanto ahínco
hube construído.
Creo que lo vivido
todos éstos años
ha hecho daño
a mi inteligencia.
Y cuando debí
mostrar coherencia
se hizo fuerte mi flaqueza
y arruinó mi vida.
De ahora en más
seré poca otra cosa
más que un fantasma
que pasa la jornada
sin amor y sin sustancia.
Absorto en un pasado
tan lejano como muerto.
Un navío sin puerto.
Un corazón con anestesia
en eterno desvelo
y sin cielo,
en perpetua condena.

La soledad canalla

La soledad canalla,
donde quiera que vaya,
siempre me atrapa.
Y no queda más de vos
más que miles de recuerdos
que escapan
al piadoso olvido
de los días más felices
que he vivido.
De vos queda
tu enojado adiós
y un vago concepto de Dios
que me has legado.
Y es su castigo
tu abandono
por mis tantas crueldades
que hoy me llevan a soledades
sempiternas.
Y tiemblan mis piernas
ante tales perspectivas,
que tu justa partida
trajo a mi vida.

Por no estar contigo

Ebrio corazón tan triste,
tan lleno de culpa
y de alcohol.
Y un sopor
que sube por las piernas
hace que pierda
la conciencia.
Total, para qué estar alerta
si la puerta
antes abierta
se cerró en mis narices.
Para qué tocar heridas
que todavía
no se hicieron cicatrices.
Y las perdices
de los cuentos
bailan contentas
porque no serán la cena
de los finales felices.
Ya que borracho
de vino y de pena,
lloro en éste poema
mi martirio
por no estar contigo.

08 noviembre, 2005

Duelo

Estoy de duelo.
He matado a mi amor
y sin consuelo
lloro el dolor
y mi culpa.
He dejado trunca
e inútil mi vida
y descubro con horror
que no tiene perdón
mi canallada.
Ojalá que mi almohada
perpetúe mi reposo
y que el sueño
de ésta noche
se convirta en muerte.
Que esa es la suerte
que merezco
y lamás su indulgencia
y su confianza.
Ya nunca la fragancia
de su pelo en mi reposo
me hablará de gozo eterno.
Ya se fueron
todos mis deseos al infierno
por mi culpa
y la culpa de mis miedos.

Penúltimos poemas

Estos últimos seis poemas los escribí anoche en un ataque de miedo, que evidentemente algo presagiaba. Hoy (por mi culpa) terminó mi amada conmigo.
Y si bien yo hablaba de otros finales, el final al fin me alcanzó.
De ahora en más, vendrán poemas de adiós, de dolor y de culpa.
Así empieza el final de la página de Bettina.
Perdón.

Lacrimosa

No puedo dejar
de escribir cosas tristes.
Es que tantas veces me dijiste
que no es amor sino cariño
que ya debo dejar
de hacerme el distraído
y mirar para otro lado
cuando mi costado
sangra solitario.
Y hasta el diario
de la mañana clama
en sus letras de molde
que tu discurso no esconde
tu intención del día a día.
No puedo ser tan necio
de ver el trapecio
como tierra firme.
No puede siempre hundirme
en mis tontos sueños
de en un futuro enamorarte
cuando la magia y su arte
hoy me suenan a cuentos chinos.
Y parece que mi camino
apenas roza el tuyo
y que en mi tonto orgullo
por saberte mía
es sólo arrullo de mis ganas.
La cruel verdad, con saña,
de un cariño me habla
que mi amor espanta.
Siempre es tanta
y tan grande mi dicha
que me desentiendo.
Pero hoy me alcanza
con tardanza
la sabiduría efímera
que el tiempo y la distancia
entre tu alma y la mía
es tan enorme
que nunca estarán unidas.
Lacrimosas poesías
escribo esta noche
de derroche de tristezas,
de tanta amarga certeza
y de tantas dudas.

Tres poemas de congoja

Han salido de mis manos,
de mis miedos y congojas
tres poemas que las hojas
de mi cuaderno enlutaron.
Y así como se juntaron
todos mis fantasmas
a debatir sus dudas,
Así mi pluma
les ha dado palabras
para que se expresen.
Y en ellas me piden que piense
que el amor mío y tu cariño
hacen un débil destino
para sueños tan fornidos.
Es extraño que mi alma
que nunca fue cobarde
hoy tema a los alardes
de sus miedos,
pero tantas veces
he ignorado tus señales
que me avisan y me dicen
que las cicatrices
no se cierran
de un día para el otro.
No sé cuanto resista
y si Dios me asista
para poder enamorarte.
Precisamente hoy
que tanto te amo,
veo que mis manos
no pueden hacerlo
y mis palabras quedan cortas.
Y como un idiota
lloro y lamento
y sé que es cierto
que no me amas
y tal vez nunca lo hagas.
Eso mata mi esperanza
y la balanza
se inclina al olvido.

Día a día, sin mañanas

No importa ya que pena
o que condena
me ata a tu corazón
y que con justa razón
me pidas calma.
Si mi triste alma
te nota tan esquiva,
ignoro si prescriba
la condena
de saberte eterna
pero ajena
a mis sueños de futuro.
Y el goce ligero
del presente
me clava sus dientes
de no promesas.
Las cartas están
sobre la mesa
y con ellas mi amor
y tu cariño,
que no es poco,
pero no es lo mismo.
Y asímismo
como qiuere, lastima
porque no es justo
ni recírpoco
que uno se juegue la vida
y el otro sólo los días,
día a día,
sin mañanas.

Desamor y olvido

Porque el cariño
que no es de amor crisálida
no se hace nunca mariposa
y ni siquiera roza
ése estado.
Pero el hombre enamorado
no quiere ver tales realidades
y el imperio de su voluntad
cree invulnerable
y que alcanza la magia
para todo.
El hechizo que piensa tan eterno
es como su cuaderno
de poesías,
donde no entran más congojas
que las que él mismo
dibuja en las hojas
para en el siguiente
verso refutarlas.
Así ve la vida
cuando su filosofía
le ha quedado chica.
Y no importan más premisas
que su eterna prisa
por enamorar a ella,
la mujer más bella
que ha besado.
Lástima que jamás
le ha preguntado
en serio si lo amaba.
Y cuando muy clara
ella le dice
que no es amor sino cariño,
llora como un niño
y se hace el distraído.

Pena me da aquel hombre
que tanto soy
y tanto he sido.
Y aún pido que el milagro
me salve a diario
del destino funerario
del desamor y del olvido.

El eco tan hueco

En conclusión
tu corazón no tiene espacio
ni razón
para amarme.
Sufre mi alma cobarde
la pesadilla de pensar
que hará cuando guarde
el recuerdo de la tuya
y nada más.
Un cariño tan amable
y un sexo tan deseable
poco hacen
cuando la vida
se escapa de mi boca
y a mis oídos hiere
el eco tan hueco
de mi "te amo"
convertido en "te quiero".
Ahora que sólo pienso en ello
soy como un guerrero
asustado en la batalla.
¿Qué será de mí
el día en que te vayas
para siempre?
No tengo
ni tendré el temple
necesario
para ver a mi milagro
frustrado
por un "te quiero"
en lugar de un "te amo".

Del polvo y del olvido

No conozco mayor felicidad
que cuando dormís
en mis brazos
y tu cabello rozo
con las yemas de mis dedos.
Pero imagino un día
de alborozo
en que el gozo
de mi tacto
se me antoje pequeño.
Y el sueño de tu amor
en tus palabras
se haga concreto.
Busco como un ciego
el color de tu alegría
y jugándome la vida
en lance suicida,
que el cariño se transforme
en mariposa,
que dichosa,
libe de mi néctar.
Quiero que la puerta
de tu alma esté abierta
a la mía
y que la ironía
de un amor y un cariño
se haga cenizas.
Y del polvo del olvido,
sorprendido,
nazca el sentimiento
y que de mente y cuerpo
sepas que tu puerto
está en mi porvenir.
Quiero siempre vivir
a tu lado
y vencer el sino trágico
en el mágico
camino del destino
tan deseado
de estar enamorados
para siempre.

Poema temporal

Acaso Dios
desdeñe el tiempo
y fuera sólo otro instrumento
en sus manos.
O tal vez los humanos
lo hayamos inventado
tan etéreo e inasible
para hacer imposible
dar marcha atrás
con nuestros designios.
Y el destino de las horas,
de los días y los años
fueran sólo engaños
de la memoria,
que como una noria
da vueltas sobre sí misma.
Así son los sofismas
temporales.
Y yo quiero burlar los males
del tiempo y sus normas
unilaterales.
Y el futuro
hacerlo a mi antojo.
Quiero que tus ojos
vean en mi porvenir
su presente.
Y que mi presente
esperanza en un mañana
venturoso
y de una vida juntos,
fueran el punto
de partida
de tu almanaque.

07 noviembre, 2005

Poema para Bettina XIII

Alcanza con pensarte
para que las palabras estallen
y a tropel salgan
de mi boca o de mis manos.
Alcanza con oler tus aromas
para que como bromas
del destino o de los dioses,
con los roces de tu cuerpo
hacelos versos y los versos, poesía.
No puede pasar más de un día
sin que yo escriba
pensando en la vida que quiero juntos.
Y si bien siempre me pregunto
si mis visiones son sueños disfrazados
de presagios o naufragios
en un mar violento.
Y todo lo que siento
es un amor enorme
que no deja que trasnforme
mi esperanza en tragedia.
Que prefiero refugiarme en la comedia
de pensar en un futuro venturoso
que el horrible momento
que me digas
"lo siento, no puedo amarte".

Poema para Bettina XII

Llegará el día
(es una promesa)
en que todos los ojalás
quedarán definitivamente abolidos.
Llegará el día que los sueños
se hagan cotidianeidades.
Y no como sueños,
sino como realidades.
Llegará el día en que tus dudas
sean recuerdos amables
y mis certezas,
visiones del futuro.
Llegará el día en que en serio
podamos ser felices
el uno con el otro
y poco importe lo demás.
Llegará el día que el amor baste.
Y el ahora tan cuerda floja,
tan camino entre tinieblas,
sean cuentos de viejas
que les cuentan a sus nietos.
Por mi vida, Bettina,
que quiero todo eso.
Por mi vida que te amo,
como nunca he amado a nadie.
No puedo parar de soñar estar juntos.
Y sé que te incomoda y acobarda.
Pero no puedo prescindir de mis sueños
como del aire que respiro.
Y si he de soñar y respirar aire,
prefiero hacerlo enredado
en tus brazos y en tu pelo.
Y prefiero soñarte siempre conmigo.
Y no ave de paso.

Sospecho

Sospecho que nosostros
no tenemos
las mismas expectativas.
E incluso la vida
nos ofrece cosas distintas.
Es posible que los días
venideros
no fueran tan perfectos
y los sueños diferentes
a mis ganas y a las tuyas.
Tal vez mi maravilla
fuera semilla
de tu desventura.
Y la aventura
de tratar de enamorarte,
por tu parte,
te sepa a pesadilla.
Mi amor que tanto ama
y tu cariño tan intenso,
no fueran más que eso
y nunca amalgama.
Sé que puede ser un drama
cuando dos almas
se acompañan
pero no sus sentimientos.
Pero todo lo que siento
es deseo y optimismo
al descubrir que por mí mismo
veo los peligros.
Y que en vez de acobardarme
la perspectiva de aliciente
a mi corazón urgente
que por vos late.
Y no hay quién aparte
mi mente de la idea
que algún día tu cariño
se haga amor
y de mil maneras,
cuando no sólo me quieras,
te des cuenta
que mi vida se alimenta
de tus ganas de estar viva.

04 noviembre, 2005

Amor en crecimiento

Vengo a cambiar tu vida.
Y en cierto sentido
algo ya he logrado.
Con mi necio descaro
hago oídos sordos
a tus ruegos y a tus lloros
por pemanecer triste.
Y vos que prometiste
sólo un tiempo hecho de presentes,
acaso ahora sueñes
en mis brazos demorarte.

Decile adiós a las tristezas,
que el mundo y su aspereza
se vestirán de seda
y la tibia primavera
madurará en verano
para que tomada de mi mano
a Dios le agradezcas
estar viva.

Tarde o temprano los pesares
dejarán libres sus lugares
y en ese espacio abierto
te contaré que es cierto
que la felicidad es mucho
más que una suma de alegrías,
que no hay momentos muertos,
de dichas y tormentos
y que el amor en crecimiento
es tan posible
como fue nuestro encuentro
entre poemas y flores al viento
en una noche de un invierno
que se iba para siempre
de tus días.

Juego de las escondidas

El deseo
desprovisto de razón,
el corazón sordo al temor
y los fantasmas tan inermes
que dan pena más que miedo,
en un silencio quedo
que nadie escucha y nadie siente
e indiferente muere
entre mi risa
y tu desvelo
por mis caricias
en tu cuerpo.
La música del universo
es el trapecio loco
de los sueños
que poco a poco
se hacen presentes.
Y los ausentes
se agolpan en mi boca
para salir en tropel
entre tus besos.
Que como el juego
de las escondidas
dejan su guarida
sólo cuando los vemos
y corremos a la meta
para llegar antes que ellos
y darles la bienvenida.

03 noviembre, 2005

Anoche

Anoche la felicidad
se encariñó conmigo
y tomó partido
por nosotros.
Y en el escrutinio
voto a voto
de los pro y los contras
salimos victoriosos.
Anoche pude tocarte
como siempre
y sin embargo como nunca
en palabras antes truncas,
ahora elocuentes.
Es como un silente
huracán tu cuerpo
que uno no conoce
hasta que te arrebata.
Y eso que mi alma
siempre trata
de capturar tu alma.
Pero tu llama es tan potente
que del alba al poniente
y toda la noche larga
resiste mi carga,
me vence y devora,
mientras pasan las horas
y no nos damos cuenta.
Es una lucha cruenta
en la que no corre sangre,
mas hace que desarme
mis ataques en tus brazos.
Y como no soy cobarde
voy feliz a la batalla
para hacer mi vida tuya
y tu mañana mío.
Es mi tarea urgente
hacer de tanto presente,
eternidades.

En busca de tu éxtasis

Mis ojos y mis manos
delatarán mis intenciones
de desatar las emociones
en busca de tu éxtasis,
que como síntesis suprema
del placer
escribe en tu piel
mi mejor poema.
Sos musa de mi genio literario,
describís el itinerario
de mis letras en tu cama.
Y el trampolín de tu almohada
me invita al abismo
pleno de tus piernas
que entreabiertas
esperan mi embestida.
Así son todos los días
que transcurren tormentosos
por mi vida
desde aquella noche
de derroche
y de flores perdidas.

02 noviembre, 2005

Secretos milagros

Quiero neciamente
ser inmune a tus garras,
pasar por tus zarpazos
y sentirme
como acunado en tus brazos.
Pese a la furia insaciable,
quiero que me hables
con dulzura
entre tus enojos.
Y en tus fieros ojos
ver cariño.
Yo sé que pido demasiado,
pero los enamorados
solemos perder
el sentido de lo justo y necesario.
A diario
creemos en milagros
que en secreto
hacen lo preciso
para que estemos
lado a lado.

01 noviembre, 2005

Poema para Bettina XI

Tu cariño me hace ver la vida buena
y me hizo ver cosas que antes no pude.
¿Vos pensás que soy tan tonto,
que por más que dude
quiera perderme ésto
en haras de un futuro tan incierto
como toda vida por delante?
No, mi vida;
jamás perderé de disfrutarte un instante
por no saber que pasará la semana que viene.
Y sabés que me molesta la incertidumbre,
que me inquieta, que me hiere,
pero es del todo humana;
sobre todo con vos, tan humana siempre.
Perdonáme por mis remezones
de oscuridades, Bettina.
Pero tu luz puede más que cualquier miedo mío.
Basta de reproches por cosas ineludibles.
Basta de reproches, que prefiero tus besos.
Y los sueños imposibles
prefiero pensarlos como maravillas
que acaso un día pueda conseguirlas.

Poema de Bettina X

No, mi amor, no fue telepatía.
Simplemente al escribirte,
descubro a veces
que te escribo en rima
y toda mi poesía estalla en mis manos,
que a veces a trasmano de tus días
parecen dispuestas.
Pero son cosas como éstas
las que nos mantienten juntos.
Entonces yo pregunto
por qué tenés tanto miedo
si soy como el aguacero
que baña tus campos yermos
y quiere darle vida.

Poema para Bettina IX

Tu llanto fue lo que hizo quedarme
cuando dudé de ello.
Tu llanto fue más elocuente que mis versos
que parecieron monstruos contrahechos
al lado de tus lágrimas.
Y es por esas lágrimas
y por tu cálido cariño
que a veces lloro como un niño
al que se le muere un sueño.
Pero son temores tan difusos,
miedos tan confusos
que siempre intento apagarlos
para que tus bellos ojos no los vean
y confundidos crean
que es desamor más que locura.
Tenés cada herramienta necesaria
para hacer de mí un mejor hombre.
Y como me gustaría estar a tu altura
para no solo admirar tu hermosura,
sino también alimentarla.

Malhadada suerte

Sos una mujer maravillosa
y tal vez no merezcas
la malhadada suerte
de un espíritu tan tenaz y fuerte
como el tuyo
que te enfrente
con mísero orgullo
y se quede
cuando todos huyen.
Tal vez deba abandonarte ahora
cuando toda demora
parece peligrosa.
Y como están dadas las cosas
suena inteligente
escapar prontamente
en defensa propia.
Pero si he de ser coherente,
te digo que no puedo
y que me quedo
a luchar por lo que es mío.
Y con Dios como testigo
que he de vencer
o morir en el intento.