15 noviembre, 2005

Contratos

El amor a diario se sostiene,
se hace de las formas que cada uno puede
aunque no siempre resulte inteligente.
El amor se alimenta día a día
de las cotidianeidades
y de los actos duraderos.
No hay sentimiento eterno
si se abandona el primer día
el ímpetu que te ata al ser querido.
Por eso siempre porfío
en detenerme en los detalles
que al fin y al cabo son los que hacen
todos los mañanas.
No quiero un contrato
que se firma una vez
y luego se olvida.
Y no es mejor el que por vos suspira
que el que intenta retenerte
con las armas que tenga a mano
para hacer lo débil fuerte
y así seguir en crecimiento.
No hay amor perpetuo
si no existen ganas,
aunque el destino funesto
a capricho de los hados
amenace con cansarnos
de estar enamorados.