22 noviembre, 2005

Maldita

No te sientas maldita
por tu sangre,
que acaso tu Dios
sea el más potente.
No te sientas expatriada
porque tu patria
está en tus venas.
Y podrán ponerlo
bajo yugos y cadenas,
pero tu pueblo
siempre se libera.
No te sientas extranjera,
que tu tierra
te ha sido prometida
en divinas palabras
que serán cumplidas.
No te sientas ajena
y sin gloria ni penas
por el mundo.
Que este errabundo
poeta
quiere que te quedes quieta
en sus brazos.
Y a largo plazo
fundar tu propia patria
inexpugnable y poderosa.