15 noviembre, 2005

Fieras

Una y otra vez
lucho contra tus fantasmas,
es una tarea larga
y peligrosa.
Y como están las cosas
parece que hasta ahora pierdo
ya que los más bellos recuerdos
nomás sirven para añorarlos
y no como verdades.
Me duelen,
pero comprendo tus dudas.
Es horrible esperar caricias
y recibir insultos,
pero tu espíritu astuto
y prevenido
acaso se prevenga demasiado.
No ha pasado mucho tiempo
y debo estar agradecido
a que los vientos
de tu indulgencia
o la sentencia suspendida
me han beneficiado
con la alegría de estar juntos
todavía.
Y si bien me quejo
de las eternas dudas,
tenéla por segura
a la loca idea
que mi ansia
siempre será el enamorarte
sin temer a las fieras
con las que deba enfrentarme.