10 noviembre, 2005

Harto

Harto ya de mí
y de mi tendencia a herir
a la mujer que quiero.
Harto de mostrar agujeros
cuando debo ser más sólido.
Mis antiguos códigos
de conducta ya no sirven
y es hora de aprender
los suyos.
Pero quiero que unidos
podamos redactar nuevos,
paso a paso y sin apuros,
pero sin demoras.
En ésta triste hora
me pregunto
si tendré otra oportunidad
para estar juntos
y mostrar mi voluntad
de redimirme.
Ella es tan firme
en su enojo
(por demás justificado)
que no doy cinco centavos
por mis posibilidades.
Y no me resigno
a perderla
y haré todo lo que pueda
para que me crea
que la amo
como nunca amé a nadie.
Yo que no soy cobarde
tengo tanto miedo
de perderla.
Por tonto y por idiota,
que mi derrota
sea eterna.