08 noviembre, 2005

Duelo

Estoy de duelo.
He matado a mi amor
y sin consuelo
lloro el dolor
y mi culpa.
He dejado trunca
e inútil mi vida
y descubro con horror
que no tiene perdón
mi canallada.
Ojalá que mi almohada
perpetúe mi reposo
y que el sueño
de ésta noche
se convirta en muerte.
Que esa es la suerte
que merezco
y lamás su indulgencia
y su confianza.
Ya nunca la fragancia
de su pelo en mi reposo
me hablará de gozo eterno.
Ya se fueron
todos mis deseos al infierno
por mi culpa
y la culpa de mis miedos.