07 noviembre, 2005

Poema para Bettina XII

Llegará el día
(es una promesa)
en que todos los ojalás
quedarán definitivamente abolidos.
Llegará el día que los sueños
se hagan cotidianeidades.
Y no como sueños,
sino como realidades.
Llegará el día en que tus dudas
sean recuerdos amables
y mis certezas,
visiones del futuro.
Llegará el día en que en serio
podamos ser felices
el uno con el otro
y poco importe lo demás.
Llegará el día que el amor baste.
Y el ahora tan cuerda floja,
tan camino entre tinieblas,
sean cuentos de viejas
que les cuentan a sus nietos.
Por mi vida, Bettina,
que quiero todo eso.
Por mi vida que te amo,
como nunca he amado a nadie.
No puedo parar de soñar estar juntos.
Y sé que te incomoda y acobarda.
Pero no puedo prescindir de mis sueños
como del aire que respiro.
Y si he de soñar y respirar aire,
prefiero hacerlo enredado
en tus brazos y en tu pelo.
Y prefiero soñarte siempre conmigo.
Y no ave de paso.