03 noviembre, 2005

Anoche

Anoche la felicidad
se encariñó conmigo
y tomó partido
por nosotros.
Y en el escrutinio
voto a voto
de los pro y los contras
salimos victoriosos.
Anoche pude tocarte
como siempre
y sin embargo como nunca
en palabras antes truncas,
ahora elocuentes.
Es como un silente
huracán tu cuerpo
que uno no conoce
hasta que te arrebata.
Y eso que mi alma
siempre trata
de capturar tu alma.
Pero tu llama es tan potente
que del alba al poniente
y toda la noche larga
resiste mi carga,
me vence y devora,
mientras pasan las horas
y no nos damos cuenta.
Es una lucha cruenta
en la que no corre sangre,
mas hace que desarme
mis ataques en tus brazos.
Y como no soy cobarde
voy feliz a la batalla
para hacer mi vida tuya
y tu mañana mío.
Es mi tarea urgente
hacer de tanto presente,
eternidades.