31 octubre, 2005

Diosa del alba

Diosa del alba
que me dejás ver
despuntar en tu cama
el rojo sol
a través de tu cabello.
Y así hacés el día bello
al bailar con mis manos
en tu cuerpo
y atrapar tu primer mirada.
Y en la entrada
de tu vientre
festejar para siempre,
anegar tu fuente
con mi río rdiente
y empezar felices
la jornada
con la almohada
como único testigo.
Y el castigo
de tener que levantarnos
se hace más ameno.
Diosa del alba,
yo también puedo hacer milagros
y en la tarde verás
que no existe el ocaso.
En mis brazos
estás segura
que las dudas
morirán mañana.