28 octubre, 2005

Arrastro en mi cuerpo

Terminó el día
y el cansancio siento todavía
por nuestro amor de temprano.
Arrastro en mi cuerpo
y llevan mis manos
todos tus espasmos.
El placer brindado
y recibido en la mañana,
cuando el sol en tu ventana
jugaba con las nubes
y la ruidosa urbe
trajinaba su jornada
sin saber nada de nada
de nosotros
que perdíamos almohadas
en los lindes de tu cama.
Arrastro en mi cuerpo
el cansancio del ocaso.
Y esta tenue noche
en la que tanto te extraño,
sé que es un derroche
amarnos tanto
y dormir tan separados.