27 octubre, 2005

Ocho semanas

Hoy te escribí
poemas encarnados.
Con mis manos
toqué la maravilla
y derramé mi semilla
dentro de tu cuerpo
y mi alma se fundió
con la tuya,
como es ya costumbre,
entre loas y aleluyas.
Desde nuestros ojos
que se buscan
y nuestras pieles que sudan
amor y ganas,
en apenas ocho semanas
estamos juntos,
nunca atrás, nunca adelante
como nunca con nadie
estuvimos antes
en toda nuestra vida.