26 octubre, 2005

Tu sueño y el mío

Te seguiré confesando
mis sueños
mientras dormís
en mis brazos
y medio dormido
te recito poemas
luego olvidados.
Me entregaré al sueño
pegado a tu cuerpo,
hundido en tu pelo
y rodeando tu pecho
con mi abrazo.
Mis manos ancladas
en tus senos
tan llenos de vida
que despierta mi descanso.
Invadiré tus fantasías dormidas
y las pesadillas
huirán de mi presencia,
que con tu anuencia
soy más fuerte
que el miedo.
Y las tristezas
derroto una a una
y muere aburrido el tedio.
Mi cuerpo amarrado
a tu cintura
también duerme
pero mi mente hierve
inventándote poesía.