08 noviembre, 2005

Del polvo y del olvido

No conozco mayor felicidad
que cuando dormís
en mis brazos
y tu cabello rozo
con las yemas de mis dedos.
Pero imagino un día
de alborozo
en que el gozo
de mi tacto
se me antoje pequeño.
Y el sueño de tu amor
en tus palabras
se haga concreto.
Busco como un ciego
el color de tu alegría
y jugándome la vida
en lance suicida,
que el cariño se transforme
en mariposa,
que dichosa,
libe de mi néctar.
Quiero que la puerta
de tu alma esté abierta
a la mía
y que la ironía
de un amor y un cariño
se haga cenizas.
Y del polvo del olvido,
sorprendido,
nazca el sentimiento
y que de mente y cuerpo
sepas que tu puerto
está en mi porvenir.
Quiero siempre vivir
a tu lado
y vencer el sino trágico
en el mágico
camino del destino
tan deseado
de estar enamorados
para siempre.