09 noviembre, 2005

Perpetua Condena

Pasa todo en mi cabeza.
Que no hay certeza
de felicidad en las pasiones.
Las ilusiones
siempre conducen a errores,
penas y temores
que estropéan todo paraíso,
que con tanto ahínco
hube construído.
Creo que lo vivido
todos éstos años
ha hecho daño
a mi inteligencia.
Y cuando debí
mostrar coherencia
se hizo fuerte mi flaqueza
y arruinó mi vida.
De ahora en más
seré poca otra cosa
más que un fantasma
que pasa la jornada
sin amor y sin sustancia.
Absorto en un pasado
tan lejano como muerto.
Un navío sin puerto.
Un corazón con anestesia
en eterno desvelo
y sin cielo,
en perpetua condena.