30 abril, 2006

Engalano mi alma

Engalano mi alma
y pongo flores
en todos sus rincones.
Me acerco a la luz
que viene a mí
y por fuera también brilla
una sonrisa.
Es que las caricias
que se fueron
vienen de regreso
para quedarse.
Ahora mi corazón
podrá aferrarse
a algo más
que a tu recuerdo
y empezará de nuevo
a latir la vida.
Volvés a mí, amada mía
con quizás más esperanzas
y más sueños.
Volvés a mí
y será el festejo
de tu bienvenida
tan poderoso
que el cielo y el infierno
mirarán con envidia
mientras nuestros ojos
no verán más
que la alegría.

29 abril, 2006

Ya sé que volverás

Sí, ya sé que volverás
y que volverás a mí
llena de alegría.
Aunque aún te asuste mi porfía
de hacer de nuestra vida
una sola vida y para siempre.
Aunque aún te asuste mi simiente
que te espera.
Y de la misma manera
que da da miedo
también te fascina.
Me preguntás como hice
para hacerte mía
y yo te digo que acaso
pueda hacer mi abrazo
realidad tus sueños.
Esos sueños que ignorabas
que tenías
pero descubrís alborozada
que habitaban en tu alma
sin saberlos.
Acaso porque te he dado
tanto amor
y he amado tanto
los que otros han temido.
Acaso fue el destino
o el milagro
del que te he hablado
casi a diario.
Quizás debamos buscar
en el diccionario
el significado de las cosas perfectas,
pero sé que tu alma está abierta
de par en par a mis ansias
y que mi constancia
en todos los momentos
fue la responsable del portento
y por eso hoy estás tan enamorada.

Mientras miro el aguacero

Mientras miro caer la lluvia
y las hojas bailar en la tormenta
llevo mi propia noche a cuestas
sumergida en su propio aguacero.
A veces parezco un perro enfermo
que busca y busca a su dueño,
pero justo hoy me siento en casa
que me abriga y me abraza
y me da el cobijo y el reposo
como un tímido esbozo
de la alegría que será contigo
cuando vuelvas después de haber partido
hace tanto tiempo.
Aunque acaso me abandone
demasiado a mis sueños
ahora que ya no soy mi dueño
y te pertenezco,
pero prefiero pensarte muy feliz
de regresar por entero a mí
que abrigar más dudas
en esta noche mojada y dura
en la que te espero.

28 abril, 2006

El duelo se termina

Sé que pronto volverás
y volverás mejor que nunca.
pero toda la tristeza junta
más tristezas
y extraño la tibieza
de tu cuerpo
y tus ojos y caricias
y todo el largo de tu pelo.
No puedo si no seguir el duelo
hasta el exacto minuto
del encuentro,
cuando caerán los velos
y se irá la agonía.
No puedo sino, querida,
que esperar apesadumbrado
porque desde que me has dejado
solo y confundido
mi corazón se ha sumido
en un pozo negro.
El duelo se termina
y con ello vuelva la vida
y tal vez fuera la vida
que siempre he soñado.
Pero el dolor no me ha dejado
pensar mucho en el asunto
y por ello me pregunto
por qué tardan tanto las horas,
que en su indiferente demora
está mi corazón palpitante
en busca del instante
del abrazo tan ansiado.

26 abril, 2006

No sé por qué

No sé por qué
te extraño tanto,
si tan poco falta
para recibir tus encantos
en una fiesta interminable.
Y que nunca más se hable
de un viaje tan largo
que hace tan amargo
el paso de los días.
No sé por qué
te extraño tanto,
si ya preparo tu bienvenida
con mi mejor talante
y mi mejor sonrisa.
Mi alma errabunda y perdida
transita por la vida
buscándote entre la gente
que mira indiferente
como si no viera nada.
No sé por qué
te extraño tanto,
si ya deformé tu almohada
de dormir a ella abrazado.
Ya me siento muy cansado
de esta soledad
cuando mi amor de verdad
está a punto de llegar
en cualquier momento.
No sé por qué
te extraño tanto
ni por qué tan cruel tormento,
pero mi corazón abierto
necesita de tu abrigo.
Espero que tu recorrido
de ahora en más sea breve
y por más que llueva o truene
vengas a mis brazos
y allí te quedes
por los siglos de los siglos.

Cruel parsimonia

Sigue el tiempo
su paso obstinado
y yo aquí esperanzado
en que se apure un poco
porque ya me vuelven loco
los días sin ella.
Siguen las estrellas
con su mirada de luz fría
y las noches y los días
para mí son iguales
porque todas las señales
me dicen que no llega todavía
la hora del reencuentro.
Sigue el vacío en mis adentros
porque se me ha colado el frío
de este tibio otoño
en el medio de mi pecho.
Sigue enorme el lecho
en el que los dos dormimos
porque desde la noche que se ha ido
me queda grande y desvalido.
Siguen mis suspiros
repitiendo su nombre,
ojala que me asombre
una madrugada con su abrazo.
Corren las horas
y yo tras sus pasos
para ver si se apuran.
Los días duran y duran
con cruel parsimonia
y ya mi pobre memoria
necesita enriquecerse
porque llega a su ocaso.
Y para estar viva,
mi alma mecerse
feliz en su regazo.

23 abril, 2006

Habrá un festejo

Habrá un festejo
de risas y caricias
cuando regreses a mis brazos.
De miradas silenciosas
y elocuentes
y de puentes al mañana.
Habrá obsequios y habrá historias
y la gloria del momento
será larga.
Habrá un festejo
de sueños y de fuego
y la tormento
se instalará en la cama.
Y luego de la fiesta
y tras la bienvenida
habrán promesas cumplidas
y habrán planes.
Habrá un festejo
de risas y caricias
que será tan largo
como toda nuestra vida.

22 abril, 2006

Vení a mí

Querés ir despacio
y mi alma no conoce
sino la prisa.
Y no tengo más premisa
que la de vivir a tu lado.
Y mi corazón desterrado
quiere hacer del tuyo
su patria
y dejar de ser el paria
para darse por entero
que hoy no conozco
otro destierro
que la lejanía de tu abrazo.
Hace muchos ayeres
te juraba calma,
pero el tiempo también pasa
para los pacientes
y no puedo ser indiferente
al transcurso de las horas
porque la demora
ya me duele.
A mí tu amor me impele
a vivir la vida
en todos sus segundos,
respirar profundo
e ir a la carrera.
Que no es para cualquiera
una pasión que quema tanto
y lo que otros ven con espanto
se me antoja el paraíso.
Perdonáme si preciso
para ser feliz
tu gloria.
Perdonáme si la historia
que viviste
te hizo desconfiada,
pero preguntále,
ahora que estás lejos,
a la almohada
si tu sonrisa dibujada
que te ilumina la cara
no se debe a mis promesas
de una cama y una mesa
siempre prestas
y siempre nuestras.
Y si ella te contesta
que sí, que no hay otra razón,
encendé tu corazón
y da el próximo paso.
Que acá hay unos brazos
que te esperan
para hacer de tus dudas, delicias
y millones de caricias
para darte mientras vivas.
Vení a mí, querida,
que hace rato que te sueño.
Vení a mí, Bettina
Que quiero ser el dueño
de tus alegrías.

21 abril, 2006

Un espíritu perdido

Ando despacio
para ocupar mis horas
porque tu demora
llena mi espacio
de sinsentido.
Camino y las calles
me parecen ajenas
y la gente en la vereda
son como fantasmas.
La vida es un drama
actuado por marionetas
y yo el público aburrido.
Tu cama me acompaña
y con ella tus aromas
y tu presencia esquiva
en cada una de tus cosas.
Intento llenar mis ratos
mientras escribo poemas
en tu casa habitada por gatos
y por un espíritu perdido.

20 abril, 2006

Navego

Navego hacia tu encuentro
entre el límpido paraíso
y los fuegos del infierno.
Espero y desespero
que el tiempo lento
acelere su camino
y lo que mí son horas
parezcan segundos.
Navega entre borrascas
y está en ascuas
mi vida
mientras no llegue el día
en que no te tenga de nuevo.
A veces sé que he muerto
con los ojos abiertos
clavados en el cielo
mientras aguardo tu regreso.
Navego entre la vida
y sobrevida
y qiero vivir pleno
pegado a tu futuro y tu cuerpo
tan lleno de delicias.
Navego hacia tus caricias
en busca de tu puerto.

Himno de la alegría

Perdonáme si fui egoísta
pero que feliz fue la vista
de tu dibujado "sí, quiero".
Perdonáme si fue un ultraje,
una treta en medio de tu viaje
cuando no tenías prestas las defensas.
Pero siempre quise tanto esas palabras
que no hubieron trucos ni abracadabras
de los que no echara mano.
Perdonáme amor si tus labios
no pudieron decir tu negativa,
que tus letras curaron las heridas
que fui cosechando a lo largo de mi vida
de errores y fracasos.
Perdonáme ahora si mis brazos
cuando te abracen te sepan mía,
que al fin y al cabo tu partida
fue lo que más logró unirnos.
Perdonáme por este torpe himno
que canto en medio de mi risa
que estalla loca de pura alegría.

Poema tramposo

Te espero en Buenos Aires
con los naipes
marcados.
Te espero con aires
de tramposo,
que tu regreso glorioso
te traerá a una treta
inesperada.
Te espero con mañas
de tahúr acostumbrado
a jugar con cartas marcadas
y no perder partida.
Te espero querida,
y pese a las trampas
que te tengo tendidas,
estoy lleno de alborozo
porque seré tu esposo
y vanos serán los miedos.
Te espero en medio del otoño
para jugar el juego
y la suerte le ruego
que nadie pierda.
Te espero como la piedra
que espera en vano al tiempo,
ese tiempo que con nosotros
se equivoca a cada momento.
Te espero con las cartas marcadas
y el alma abierta,
que cuando crucemos tu puerta
la vida será nuestra
y será eterna.

19 abril, 2006

El tiempo

El tiempo.
Es curioso,
pero se me hace eterno.
Y si bien es casi constante,
me es irrelevante
el paso de las horas
cuando la demora
para encontrarnos
se mide en semanas
que se me antojan como años.
Espero que el daño
que me produce el tiempo
no ahogue mi aliento
y que sople pronto el viento
que te devuelva a mis brazos.
Espero que el fracaso
de los días por separarnos
sea estrepitoso
y que nuestros ojos
se nublen de alegría
el buen día
de tu regreso.

Desde el vamos

Desde el miedo,
desde la tristeza
de extrañar tu tibieza
y tus manos suaves,
que sólo ellas saben
donde dar su toque.
Desde el extravío
de un sueño
que fue sólo mío
y que ahora es nuestro.
Desde mis adentros
que te llevan conmigo,
aunque afuera haga frío
y esté tan solo.
Desde la aparente nada
y el oculto todo.
Desde el vamos
siempre supe,
que si la muerte
no irrumpe
y la aciaga suerte
que me puso en tu camino
no se ciega,
que haré de tu vida
primaveras
tan duraderas
y tan llenas de retoños
que nunca habrá otoños,
sino un interminable verano.

18 abril, 2006

Una bandada de ángeles

Una bandada de ángeles
me llevó a tu lado.
Es el viaje
más alocado
que he emprendido nunca,
pero mis preguntas
no tuvieron respuesta
y sordas las alas
vestidas de fiesta
dejaron mi curiosidad trunca
y a tus pies
me depositaron.
Una bandada de ángeles
surcó las montañas
y en su entrañas
descubrí maravillas,
supe que en tus entrañas
y en mis semillas
está la verdad de la vida.
En mis sueños
y luego en la vigilia
supe que es la última vez
que estaremos lejos.
Y no es sólo el reflejo
de un alma atormentada
es la verdad revelada
y el milagro cumplido.
Una bandada de ángeles
me lo ha dicho
cuando en el viaje
hacia tu nido
me llevaba.

17 abril, 2006

Recorrer de a dos

Quiero ir con vos
para recorrer de a dos
todos los paisajes.
Quiero hacer un viaje
que anule la distancia,
que tus fragancias
ya se desdibujan
y crueles pujan
las tristezas.
Quiero un encuentro
en tierra extraña,
que como buena hazaña
tenga mucho de sueños.
Quiero que el invierno
que se asoma
quede lejos
y que perplejo
me vea partir
a tu feliz encuentro.

16 abril, 2006

Azules reflejos

Triste y hermosa
te ves desde lejos
y los azules reflejos
tiñen tu cara.
Quiero tocarte
y no puedo.
Y no puedo besarte
ni acariciar tu pelo.
Sólo las palabras
y sus ecos,
sólo las miradas
y los huecos
que en el alma
fabrica el terco
afán de no estar lejos.
Tristes y azules reflejos
son el espejo
en donde me miro.
Y si bien me sonrío
para tu alegría,
mi vida misma
te extraña.
Ojalá que la tela de araña
que teje el destino
junte nuestros caminos
más temprano que tarde
y sin demora.
Ojalá que vos guardes
en estas largas horas
tu amor para el mío
como ferozmente
guardo mi carne y mi mente,
y mi corazón
(pese a todo, ileso)
para que a tu regreso
deje de estar preso
de tanta añoranza
y melancolía.

15 abril, 2006

Noches de aromas

Noches de aromas
que perduran
en las frías y duras
horas oscuras
de la lejanía.
Noches de aromas
que porfían
en quedarse conmigo
y tanto en vela
como dormido
invaden mis narices
para borrar las cicatrices
de la despedida.
Y aunque faltan menos días
para tu regreso
y para los besos
del reencuentro,
todavía en mis adentros
tiemblo
al pensar en todo el tiempo
que estarás lejos.

14 abril, 2006

Con los besos de tu bienvenida

Acaso te asuste si te digo
que sin vos
nada tiene sentido,
pero es cierto.
En el transcurso lento
de la monotonía me demoro
cuando no tengo el tesoro
de tu amor entre mis manos.
La corriente del mundo
va a contramano
y soy un desterrado
de la alegría.
Tu presencia en mi vida
es el único camino
que feliz transito.
Te necesito
para nada menos
que estar vivo
y mi cometido ahora
es añorarte.
Espero que esperarte
sea leve
y que el tiempo lleve
prisa.
Y que las horas sumisas
a mis sueños
se aceleren
para que tu regreso
sea pronto
y la melancolía
de mis pobres días
desaparezca con los besos
de tu bienvenida.

13 abril, 2006

Quiera la luna

La luna llena
asistió a tu partida
y no estará plena
a tu regreso,
se perderá tus besos
y mi bienvenida.
La luna te vio afligida
y a mí muy triste
en la noche triste
que te llevó en sus alas.
Quieran entonces los mañanas
suceder raudos
para que los desesperados
abrazos nuestros
sean el suceso
más esperado
de tu viaje.
Y dejemos el traje
de la melancolía
para vestir toda la alegría
como una gala.
Quiera la luna
que no estará el mañana
de tu regreso
que la noche en sus alas
a mí te traiga.

12 abril, 2006

Dejaré

Dejaré las flores muertas
en los floreros,
su fragancia yerta
en señal de duelo.
Dejaré mi vida en suspenso
en pleno vuelo
y a la total espera
de tu regreso.
Vedaré mi boca a la risa
y las sonrisas
serán todas tristes,
que la noche en que te fuiste
se fue con vos
todo motivo de alegría.
Dejaré las persianas bajas
y la casa a oscuras
y dejaré tu cintura
en el recuerdo de mis brazos.
Dejaré que el ocaso
dure tanto como tu viaje
hasta que un salvaje
abrazo nos encuentre juntos.

10 abril, 2006

Veinte días

Veinte mañanas
en espera de tus besos.
Veinte mañanas preso
de la expectativa
de tu regreso
y del suspenso
de la vida.
Porque en la lejanía
tus labios son del viento
y a mi aliento
le faltarán el alimento
de tus ojos.
Veinte días de despojos
y de llanto contenido
por tu querido
cuerpo a la distancia.
Veinte días de fragancias
como única presencia
y como único testigo
de tiempos idos
y del desespero de mis ansias.
Veinte mañanas
y veinte ocasos
en el destierro de tu abrazo
será mucho tiempo
sin alegrías.

06 abril, 2006

Me ataca un alborozo

Me ataca un alborozo,
mi alma se viste de gozo
y se va a volar, perdida
cuando sueño con la gracia
de que el amor
me de la bienvenida.
Apenas es nada mi vida
si el sentimiento ahora eterno
mañana me es esquivo,
pero así fuera un sinsentido
y si lo único seguro
fuera la derrota
andaré por caminos oscuros
y apostaré mi sangre
gota a gota
con tal de ir donde yo quiero,
que por más esquivo
que suceda
el amor si es verdadero
sorteará todos los obstáculos.
Y un día el espectáculo
de la gran victoria
sobre el destino y la historia
será mío.
Entonces todo lo sufrido
se hará paz y se hará gloria
y al fin habré vencido.

Dispersos pensamientos sobbre el color de los príncipes de cuentos

¿Cómo se reconoce al amor verdadero?
Ese que será un día eterno
si le damos ocasión de serlo.
¿Cómo descorrer el velo de tul
o ver galanura de príncipe azul
si es tan mortal como nosotros?
¿Cómo vencer dragones y monstruos
si la magia es tan profunda
que a veces escasea y otras abunda?
El oráculo de la margarita
no suscita más que más preguntas
y la esperanza y el miedo se juntan
en una mezcla explosiva
que cura viejas heridas
pero que también abre nuevas.
El amor a veces es una cueva
que promete tesoros
pero está poblada de precipicios
y que se siente en todos los poros
cuando es su inicio,
pero nunca sabremos
cuando termina.
Es cuestión de vida y muerte
y la esquiva suerte
suele ser muy perra.
Pero las historias duraderas
no suelen ser fáciles
y las sensaciones táctiles
dejan de ser gráciles
al poco tiempo
si el sentimiento
se queda en la superficie.
Acaso el amor ideal no exista
y todo fuera cuestión de ganas
y de que todas las mañanas
olvidemos la margarita
con unos labios que invitan
a dar los buenos días
con el beso más hermoso de la vida.