19 abril, 2006

Desde el vamos

Desde el miedo,
desde la tristeza
de extrañar tu tibieza
y tus manos suaves,
que sólo ellas saben
donde dar su toque.
Desde el extravío
de un sueño
que fue sólo mío
y que ahora es nuestro.
Desde mis adentros
que te llevan conmigo,
aunque afuera haga frío
y esté tan solo.
Desde la aparente nada
y el oculto todo.
Desde el vamos
siempre supe,
que si la muerte
no irrumpe
y la aciaga suerte
que me puso en tu camino
no se ciega,
que haré de tu vida
primaveras
tan duraderas
y tan llenas de retoños
que nunca habrá otoños,
sino un interminable verano.