22 abril, 2006

Vení a mí

Querés ir despacio
y mi alma no conoce
sino la prisa.
Y no tengo más premisa
que la de vivir a tu lado.
Y mi corazón desterrado
quiere hacer del tuyo
su patria
y dejar de ser el paria
para darse por entero
que hoy no conozco
otro destierro
que la lejanía de tu abrazo.
Hace muchos ayeres
te juraba calma,
pero el tiempo también pasa
para los pacientes
y no puedo ser indiferente
al transcurso de las horas
porque la demora
ya me duele.
A mí tu amor me impele
a vivir la vida
en todos sus segundos,
respirar profundo
e ir a la carrera.
Que no es para cualquiera
una pasión que quema tanto
y lo que otros ven con espanto
se me antoja el paraíso.
Perdonáme si preciso
para ser feliz
tu gloria.
Perdonáme si la historia
que viviste
te hizo desconfiada,
pero preguntále,
ahora que estás lejos,
a la almohada
si tu sonrisa dibujada
que te ilumina la cara
no se debe a mis promesas
de una cama y una mesa
siempre prestas
y siempre nuestras.
Y si ella te contesta
que sí, que no hay otra razón,
encendé tu corazón
y da el próximo paso.
Que acá hay unos brazos
que te esperan
para hacer de tus dudas, delicias
y millones de caricias
para darte mientras vivas.
Vení a mí, querida,
que hace rato que te sueño.
Vení a mí, Bettina
Que quiero ser el dueño
de tus alegrías.