20 abril, 2006

Poema tramposo

Te espero en Buenos Aires
con los naipes
marcados.
Te espero con aires
de tramposo,
que tu regreso glorioso
te traerá a una treta
inesperada.
Te espero con mañas
de tahúr acostumbrado
a jugar con cartas marcadas
y no perder partida.
Te espero querida,
y pese a las trampas
que te tengo tendidas,
estoy lleno de alborozo
porque seré tu esposo
y vanos serán los miedos.
Te espero en medio del otoño
para jugar el juego
y la suerte le ruego
que nadie pierda.
Te espero como la piedra
que espera en vano al tiempo,
ese tiempo que con nosotros
se equivoca a cada momento.
Te espero con las cartas marcadas
y el alma abierta,
que cuando crucemos tu puerta
la vida será nuestra
y será eterna.