30 julio, 2006

No puedo ser siempre perfecto

No,
no puedo ser perfecto siempre.
Y a veces el ansia urgente
de mis placeres propios
hacen impropios tus miedos.
No,
no puedo ser siempre perfecto.
Y también las causas y efectos
en mí se apasionan.
Y de golpe se amontonan
un montón de ganas dormidas
que despiertan todas juntas
y se convierten en preguntas
que no siempre se responden.
No,
no puedo ser perfecto siempre.
Y el cielo quiera
que los dioses me perdonen,
pero mis ilusiones
necesitan tocar de vez en cuando.
No puedo ser perfecto siempre,
pero hecho o maltrecho
estoy con vos eternamente.

24 julio, 2006

El alborozo de despertarnos juntos

Tu sollozo
y tu respiración entrecortada
hacen que mi reposo
deje la almohada
para cruzar a nado
el río de tus lágrimas.
Y ese despertar abrupto
y sobre todo inesperado
es un salvoconducto
para visitar tu alma
llena de temores.
Y parece que las flores
frescas de al lado de la cama
poco hacen con tus fantasmas
que empañan la alegría.
Y no sé como explicarte
que toda mi vida
te he buscado.
Y no sé cómo contarte
de nuevo
que mis planes a futuro
son siempre a tu lado.
No llores en la noche,
por amor te imploro,
que el atroz derroche
de tu lloro
entristece mi esperanza.
Ahora que la balanza
de la vida
tenaz se inclina
hacia la dicha,
ahora que mi semilla
urgente busca
tus campos verdes,
y todo lo que sucede
parece suceder
casi por milagro,
un milagro que a diario
une y enamora.
No despiertes a deshoras
envuelta en la bruma,
que tu temor me abruma
y me contagia.
No desees la nostalgia
de extrañar un día
la maravilla
que hoy es tan presente.
Y en nombre de los ausentes
males que te atormentan
te pido que tu alma abierta
para mí nunca se cierre.
Quiero hacerte feliz
constantemente
y con todo mi cuerpo y mente
es lo que persigo.
Bien sabés que nuestro destino
se hizo bueno casi de la nada.
Dejá que nuestras almohadas
velen por el reposo
que antecede al alborozo
de despertarnos juntos.

18 julio, 2006

Mi hermoso rito

Tantas veces
te digo que te amo
y voraz reclamo
más amor y más palabras
y ver tu tez clara
como se ruboriza
y como eriza
tu piel mi carne.
Dios me libre
de la duda y guarde
mi corazón siempre
para el tuyo
y en un murmullo
y a los gritos
te diré siempre
como un rito
que te amo
a cada momento.
Es otro monumento
a mi dulce milagro
y un recordatorio
de los tiempos malos
que se han ido.
Que no por haber sufrido
tantos años
y transitar desengaños
me he quedado ciego.
Es por eso mi rezo quedo
y a los gritos.
Es mi hermoso rito
de tomar tu mano
y de decir te amo.

11 julio, 2006

Enésimo poema para Bettina

Yo te escribo siempre.
Te escribo en la espalda
enormes sagas
que hablan de pesares idos
y dicha por venir.
Te escribo en el lento devenir
de los segundos
y en todo lo profundo
y en la superficie de las cosas.
Te escribo en primorosas
flores en la casa.
Te escribo con palabras
casi dichas al descuido.
Te escribo bien dormido
y en vela mientras miro
y suspiro por tu cuerpo.
Te escribo con el muerto
miedo al futuro
y con el seguro
corazón mío que es tuyo.
Te escribo con el orgullo
de haberte conseguido
y con la eterna duda
de haberme merecido
encontrarte un día.
Te escribo con las ganas,
te escribo con los hechos.
Te escribo bajo el mismo techo
en que vivimos juntos.
Te escribo y no pregunto
si leiste mis poemas
porque mi única condena
a tu lado es escribirte.

Poemas sin palabras

Las flores del jarrón,
la cena y la televisión
vista juntos
tomados de la mano.
El placer mundano
sacralizado
cada noche
y cada mañana.
El derroche de caricias
y las delicias que prodigan
día a día
nuestros amores
son como rumores
de poemas musitados
que extraviados de las hojas
sueñan que las rojas
sangres nuestras
en un instante florezcan
y estallen de ganas.
No creas que las palabras
dichas casi al azar
siempre se pierden
y lo que en silencio crece
no dice nada.
Es que la musa amada
no sólo inspira rimas
y toda la vida
suele vestirse de poemas.
Que no te de pena
la ausencia de palabras,
que los versos
aunque dispersos
en la larga jornada
celebran como nada
la maravilla.