30 diciembre, 2005

Judía errantre

Mi judía errante
sólo conoce la historia
distante
y no lo que hay delante
de sus narices.
Judía errante
por más que plante
banderas
sus barreras
irán cediendo
ante la presión constante
de lo que hay escondido
en el futuro esquivo.
Judía errante
tal vez su destino
tenga que ver con el mío.
Judía errante
yo seré su tierra prometida,
eterno presente
y el mañana lleno de maravillas.

28 diciembre, 2005

Ni importan deshoras

Quiero verte esta noche,
no importan deshoras,
cuando la demora
es tonto derroche
de caricias.
Quiero verte hoy mismo,
que de un lado estás vos
y del otro el abismo,
de un lado el amor
y del otro el espanto
de quererte tanto
y estar tan lejos.
Quiero verte como espejo
de mis locas ganas
de reposar en tu cama
el cansancio mutuo.
Quiero verte esta noche
tarde, de madrugada
para que encarnada
y urgente
me mires con tus ojos fieros
y me des un elocuente
te quiero.

27 diciembre, 2005

Una navidad

Un festejo de navidad
entre una judía
y un ex ateo.
Quién diría
las cosas que hoy día
pueden verse.
Una navidad terrible
entre una judía
y un converso.
Acaso no hay más maravillas
en el universo.
Nochebuena de discusiones
y mañana de pasiones
y de expiar culpas.
Más tarde todas las preguntas
y respuestas vanas,
cuando en tu almohada
aún mojan la cara
todas las lágrimas
vertidas por los fantasmas
que ensombrecen tu casa.
Una navidad odiosa,
pero habrá otras
porque ésta fue la primera.
Una navidad como cualquiera
del resto de los días
en los que germina
la semilla verdadera
que será flor y fruto
y más tarde
nueva vida.

Ignoraré siempre

Ignoraré siempre
qué leés en mis gestos,
qué te dice mi afecto
y mis señas.
Si creés en mis palabras
o son sólo trazos en la arena
que una brisa que apenas
sopla, se la lleva
para nunca más traerla.
Ignoraré siempre
si ves que en mis venas
corre la sangre urgente
y en su torrente
lleva presente
tu presencia como motor
y como meta.
Ignoraré siempre
si podré cumplir
todas mis promesas
si algún día presa
del temor quedarán truncas
y me decís
ya nunca.

26 diciembre, 2005

Una luz ausente de futuro

A veces veo en tus ojos
de sostenido presente
una luz ausente
de futuro.
Y estoy casi seguro
que eso te asusta
más que todas mis preguntas
sin respuestas.
Vos que aún mirás
la vida de soslayo
por haber perdido los rayos
de un sol pretérito.
Vos que ves los mañanas
como perpetuadores de ganas
de volver a otros brazos.
No te das cuenta
que en mi regazo
y de mi mano
menos tarde que temprano
empieza algo nuevo,
algo hermoso y bueno
que es fértil semilla
de continuas maravillas
que quieren venir a la vida.
A veces veo en tus ojos
tanto mañana
que tu semblanza
de pasado que acompaña
y que daña,
se olvida.

Mi futuro

Aquí está mi futuro
y aunque nunca nada es seguro
sé que contigo
puede ser mío
el triunfo sobre la muerte.
Es que a la suerte
no se la tienta dos veces
y a los milagros
hay que tomarlos como vienen.
Acepto mi destino
siempre y cuando mi camino
se encuentre con el tuyo,
sino con fiero orgullo
torceré mi vida
para que un día
y para siempre
caminemos juntos.

25 diciembre, 2005

Un tiempo blando

Busco un tiempo blando,
busco de cuando en cuando
un tiempo de promesas
y de poder cumplirlas.
Busco un tiempo de mesas servidas
a la espera de mi regreso,
busco eso y muchos besos
y el confeso
amor de bienvenida.
Busco que me abras
tu alma a la mía.
Busco un tiempo sin heridas,
sin dolor y sin perdidas
ilusiones,
en donde las pasiones
sean fuego duradero
y no fábrica de prontas cenizas.
Busco un tiempo blando
y que de cuando en cuando
pueda decirte sin reparos
que te amo.

Soy el hombre

Soy el hombre perdido,
el hombre demolido
y vuelto a construirse.
Soy el hombre triste
que ha sido feliz de nuevo.
Soy el cuervo negro
que se hizo alondra.
Soy las sombras
hechas luz de primavera.
Soy la primera
sonrisa de la mañana.
Soy nuestro fin de semana
entero en la cama.
Soy el hombre
que sueña un hombre libre
que sueña una familia.
Soy tu tierra prometida,
soy tu destino,
soy el hombre de tu vida.
Entonces,
no te escapes de mí, querida,
que no hay otra salida
que seguir adelante juntos
como punto de partida
para tus más felices días
y para el amor feliz,
amada mía.

22 diciembre, 2005

Que tanto me fascinan

Disfruto hasta de tus tormentas
y aún con las heridas abiertas
mi corazón se regocija.
No busco una niña prolija
sino una mujer de fuego.
Es por eso que no ruego
que escondas las garras
y mi carne se desgarra,
pero feliz, entre tus uñas.
Tu furia no perdura
y en mi locuaz locura
le dedico este poema
a tu genio y figura
que tanto me asustan
y tanto me fascinan.

21 diciembre, 2005

Que se entrega y que se escapa

Un río de amor
va al océano de tu corazón
e intenta vanamente
llenarlo con pacientes
caudales de agua dulce.
Esto no produce
otra cosa más que penas
ya que es un problema
irresoluble quitar la sal de la amargura
tan aferrada a tu figura
por tu historia reciente.
A veces tus palabras,
sin dudas sin quererlo,
hacen de mi cuerpo
hojas secas.
A veces las penas
se traslucen evidentes
en mi alma urgente
y tu amor desconfiado.
Pero es el precio que he pagado
desde que estamos juntos
y seguiré abonando en cuotas
para sanar tu alma rota
y elevar la mía.
Acaso aún no te merezca
y necesite que crezca
mi valía
para estar contigo.
Es un continuo
devenir de nuevos problemas
y el abolir penas
no siempre es sencillo.
Siempre es preciso
que los dos compartamos el deseo
de aferrar fuerte con los dedos
lo que la vida nos regala.
Ojalá que el futuro
que promete y nos depara
mañanas venturosos
llegue un día
más temprano que tarde
y sin demoras.
Que a veces la hora
parece tan lejana
y yo miro por tu ventana
tu alma que se entrega
y que se escapa.

20 diciembre, 2005

Síntesis

Síntesis de mi vida
son estos momentos,
donde lo dichoso y lo cruento
suceden al mismo tiempo.
A la vez siento
un amor inconmensurable,
un pasar amable de los días
y la estúpida porfía
de pretender cierta mejoría
y un futuro venturoso
ahora tan frustrada.
Quise armarme
de cara al mañana,
cuando las semanas
se hagan años
y los años, para siempre.
Quise tenerte
y de algún modo te tengo
y acaso una vez fueras mía.
Quise darte alegría
y veo que te alegro.
Ojalá pueda hacer del negro
presente de dudas
porvenir de hermosuras
y de aplomo.
Y que el amor concreto
sea el buen puerto
y que de él partan
nuestras naves con buen rumbo
para descubrir nuevos mundos
y habitarlos por los siglos
de los siglos.

19 diciembre, 2005

Breve muestrario de sueños

Hay sueños que sin dueño
indefectiblemente mueren.
Y hay otros que aparecen
sin aviso
como un sino
inesperado.
Y al frustrado
destino de los primeros
hacen de sepultureros
y salvadores.
Hay sueños reparadores,
hay sueños de pesadillas.
Hay sueños de maravillas
que cada tanto
se nos regalan
y así engalanan
nuestra triste vida
y nos rescatan de la muerte.
Hay sueños de buena suerte,
sueños agoreros
y llenos de recuerdos.
Hay sueños malos
y sueños buenos.
Hay sueños de obviedades
y sueños de quimeras.
Hay sueños tan personales
y otros que pueden soñarlos cualquiera.
Hay sueños de ausencias
y de presencias.
Hay sueños de contingencias
y sueños de nada.
Y hay sueños contigo, amada,
los más bellos y fecundos.
Sueños que quiero
traer a este mundo
para fundar mis mañanas
y luego así soñar
cosas más gratas
en un sueño de dos almas
que se abrazan.

Derroche y desmesura

La premisas son pocas y claras:
debo callar mis esperanzas.
Y no las cumplo,
no puedo cumplirlas,
cuando en tu cuerpo
celebro día a día
el arte de estar vivo.
Debo callar ciertas palabras
y cuando vos abras
tu corazón
debo hacerme el distraído,
que el olvido
se lleva las promesas
a futuro
en tu crudo
vivir sin sueños.
Pese a toda
complicación y malabares
de los lugares
de entrada prohibida
y los amadas disfrazadas
de queridas
y los hoy en lugar
de mañanas.
Todas las semanas
se suman a la historia
y la memoria
se pierde en el tiempo,
que el viento
del amor sopla fuerte
en el urgente
encuentro de las almas.
Y la luz temprana
madruga el desenlace
y despierta los sentidos
del deseo dormido
por el cansancio de la noche.
Todo es derroche
y desmesura
prendido de tu corazón
y tu cintura,
mi musa, mi inspiración
y mi locura.

17 diciembre, 2005

Cuando estuve solo

Cuando estuve solo
y mordí el polvo
de la derrota.
Ahora ya casi no importa,
pero ha dejado huellas.
Y las estrellas
para mí ya no brillan tanto.
Cuando estuve solo
el quebranto
fue muy hondo,
que he tocado fondo
y apenas salí a flote.
Cuando estuve solo
ni las flores
me daban su perfume.
Y tan perdido
estuve
hasta un invierno
que dos palabras
contuvieron
mi corazón y mi cabeza.
Y entre la maleza
encontré el camino oculto,
que sepulto,
regresó a la vida.
Cuando estuve solo,
querida,
tuve la gracia
de encontrarte.

Un mundo de poemas

A lo largo de mis años
un mundo de poesía
he creado
que a nadie le servía,
ni a mí mismo
tantas veces
y tantas otras
desdeñado.
Un mundo de poemas
contra todos los problemas
de la vigilia.
Y las rimas
cabalgaban locamente
entre
fuentes
de deseos
y el miedo supremo
de no encontrarte nunca.
Ahora que atrapaste
mi alma en pleno vuelo,
mis desvelos
por hacer verdad los versos
en un espejo
de los paisajes
de ese mundo,
que fecundo
de realidades intangibles,
hace lo imposible
por ser concreto.
Ahora que ya he muerto
y después resucitado.
Ahora que los hados
me sonríen.
Mi espíritu despide
todo miedo y toda duda.
Que para eso están las duras
idas y vueltas de tu alma.
Pero con prisa y con calma
navego hacia tu corazón
y en mi sinrazón
tan tremebunda
sé que me espera tu fecunda
vida para darme vida.

16 diciembre, 2005

Un parto largo

Un parto largo,
muy largo y doloroso.
Siempre estuvimos a un paso
de cruzar nuestros caminos
y el esquivo destino
nos perdía entre la gente.
La vida transcurre indiferente
hasta que un día estalla
y entre el humo y la metralla
también existen flores.
No quiero que me implores
que calle mis palabras
de amor y desatino.
Que tu corazón abras
para mí confío
a los dioses tal milagro.
Como te abro
el mío sin temores,
así las flores
de la batalla
estallan en colores
sin ver la matanza.
La vida es extraña
y tal vez no comprendemos
la voluntad divina,
pero dejar pasar el milagro
es algo que a mis años
ya no puedo.
Y quiero (vaya que quiero)
que tus ojos vean esto:
Que no hay amor funesto
aunque te llegue a destiempo.
El no respeta los almanaques
ni mira los relojes.
Quiero que te mojes
en mi lluvia,
quiero que la turbia
historia de dolores
te deje abandonada
y al decirte amada
nuestros corazones
sepan que al fin
se han encontrado.

15 diciembre, 2005

Cuarenta y un

Cuarenta y un inviernos
atrevesé hasta encontrarte.
Innúmeros infiernos
y tempestades.
Las soledades
quiero dejar en el pasado
que tan acobardado
he transitado.
Ahora todo lo sufrido
se me antoja necesario,
como un calendario
religioso
donde hay que cumplir
puntillosos
ciertos ritos
para lograr el favor divino.
Hoy mi desvarío
me hace soñar eternidades
y mis peligrosos afanes
te hablan de mañanas
que tus ganas
no se atreven a ver
todavía.

14 diciembre, 2005

Perdido

Perdido
como un perro de la calle
en día de aguacero.
Perdido
del hermoso valle
de tus senos.
Perdido estoy
hoy, tan perdido
del destino
que dibujan mis sueños
en tu almohada.
Tan perdido estoy
que me voy
a dormir temprano
y me despierto
en plena noche
y no te tengo.
Perdido,
tan perdido estoy
sin vos
que no sé muy bien
quien soy
y para que sirvo.
Perdido
en el abismo
del desencuentro.
Tan perdido estoy
que ya no recuerdo
adonde voy
cuando estás tan lejos.

El mañana está por verse

Ella me va a enloquecer.
A la noche el placer
y al día siguiente
no soporta mi presencia.
Luego mi ausencia
le duele.
Ella consigo no puede
y menos con mi insistencia.
Que la consistencia
de mis muchas promesas
la hacen presa
de sus muchos miedos.
Y es muy serio
entonces el problema
cuando a toda vela
decide zarpar
y no leva las anclas.
Le asusta y le fascina
como mi amor le obliga
a pensar muy seriamente
si su presente
es gloria de su pasado
o será un día
apuesta al futuro.
Y lo único seguro
son sus dudas y mis ganas
y que el mañana
todavía está por verse.

13 diciembre, 2005

Poeta carente de su musa

Los últimos estertores
y los honores del servicio
hacen del suplicio
del moribundo
cosa eterna.
Que no por buena
una ilusión
enamora al corazón
elegido.
Y así todo lo esperado
y lo sufrido
se hace nada.
Y así una mañana
se despierta sola
y aunque todo te nombra,
tu imagen no aparece.
Y tu espejismo se mece
en ausencias y presencias
como encantamiento.
Y de verdad yo siento
tanta pena
por mí mismo
y por mi destino
de poeta
carente de su musa,
que reclusa
con cadenas
de otros tiempos,
recuerda sus pesares
y no el aliento
fresco de mi nueva vida
tantas veces prometida
ahora hecha imposible.

Tus blancas manos

En esta despedida
tus blancas manos
dibujan en la mesa
palabras que jamás
podrán ser traducidas.
Y cada una de mis
viejas heridas
ahora sangran.
Y aquí la magra
carne de la muerte
juega su más fuerte
as en la manga
y con fría saña
acomete.
Es por tentar la suerte
y tensar el hilo
más de lo debido
que ahora lloro.
Mi sola voluntad es nada
cuando cada
uno de mis miedos
te urgen a la huida
y ver tu partida
es mi ruina en pugna
ya que como ninguna
mujer me has enamorado.
Estoy de pronto desarmado
en medio de la guerra
y si por mí fuera
lucharía con los dientes
aunque pierda.
Yo que te prometí
un adiós silente,
parto con el espanto
de mi llanto
y mi alma muerta.

A veces

A veces yo también
temo claudicar,
o para desdramatizar,
temo no querer seguir.
Si por amar
tanto he de sufrir,
si debo luchar
contra mis miedos
y los suyos.
Ya el placer
se hace tristeza
cuando descubro
en su cabeza
tantas sombras
y tantas dudas.
A veces sólo
con ver almas no alcanza,
a veces la esperanza
se empaña
y tiñe tanto las cosas
de su color preferido
que lo sufrido
recordamos luego
como naderías.
Pero no es mi fuego
el que me lacera,
mi única condena
es su hielo eterno
y su cobardía.
Yo casi suicida
y ella tan cuidadosa,
Yo en mi averno
y ella en tu paraíso.
No puedo pretender
que quiera emprender
la marcha dolorosa
desde su cómoda vida
a mis campos de batallas.
En su mundo
no tengo cabida,
ni presente, ni futuro
y en mi duro
pervivir del día a día
un alma aterida
no puede dar un paso.
A veces el ocaso
solitario y desterrado
me habla de mis hados
de hombre solo.
A veces tanto lloro
por mí y mi fracaso.
Acaso, si esto termina,
pasaré de ella
como otra historia.
Pero mi vida es otra cosa,
yo no puedo ir
de rosa en rosa
y olvidar la más amada
mujer que me ha querido
y un día en un descuido
me dijo que me amaba
pero después
no pudo sostenerlo
y que yo tampoco
pude convencerla
de querer estar enamorada.

12 diciembre, 2005

Coronarme de laureles

Parece que la vida
es una guerra
y yo cada una y todas
de mis batallas perras
he perdido,
pero poco me importaba
en mis días sin sentido.
Hoy la cosa cambia
cuando vos estás en juego.
Hoy no puedo
ser magnánimo
y renunciar a la victoria.
Hoy cambia mi historia
de múltiples fracasos,
porque entre tus brazos
quiero coronarme de laureles
y que los crueles
ríos de la derrota,
que gota a gota
los mares han invadido,
me sean ajenos.
Hoy quiero años buenos
y que el desconsuelo
se haga olvido.
Y en mi plan de lucha
el querer conquistarte
implica que también
sea tuya la ganancia.
Que tu corazón
no es mi trofeo
sino el destino de mi vida.

La vieja soledad

El cielo está estrellado
y sin embargo
la noche es tan negra.
Mis ojos te han llorado
y vos estás tan cerca
que no sé lo que me pasa
pero ni el llanto
ni las estrellas
traen la aurora bella
de cuando me dijiste
que me amabas.
Mis dedos en tu piel,
como sin querer,
todavía te estremecen
y nuestras miradas ofrecen
las mismas promesas.
Pero con sorpresa
veo que la vieja
soledad me reclama.
Y aquí solo en mi cama,
mientras duermo y me despierto,
espero ver en vano
tu cuerpo dormido a mi lado.

11 diciembre, 2005

Vanos afanes

Robo un poca de luz
del universo
cuando en medio de un beso
apenas me alejo
y veo tu cara.
Aprendo de tu almohada
tus secretos,
tus miedos hechos y desechos
cuando en mi pecho
dormís toda la noche.
Y como broche
magnífico de oro
es que te imploro
que me des más alegrías,
que para darte la vida
mi alma debe estar convencida
que la eternidad compartida
a veces es posible
y que todas mis quimeras
y sueños imposibles
no son vanos afanes
de estúpido poeta.

La primicia de tu alma

El universo cabe
en mis brazos
cuando abraso
tu cuerpo.
Es la puerta a mi paraíso
y a tu infierno.
Acaso decida el viento
o las mareas adonde iremos,
quizás ni edenes ni avernos
fueran destino de destierro
y el camino verdadero
deba ser trazado
por nosotros.
Tal vez un día
mis monstruos
te parezcan niños
con hambre y con frío
y te plazca alimentarlos.
Ojalá mis gráciles caricias
tengan la primicia
de tocar tu alma.

10 diciembre, 2005

Sostener a diario tu alegría

Tal vez creas
que ya sabés todos mis planes
y que entre males y desmanes
lo mío no es menos serio.
Y yo aquí, en el medio
de mi vida,
intento ser guarida
de tu espíritu furtivo,
que para sentirse vivo
necesita amar y ser amado.
Tantas veces te dije
que converso con tus ojos
y en la mirada tuya
salen de sus pozos
los fantasmas y lo seres
más maravillosos
que haya visto nunca.
El problema es uno solo:
al no haber palabras
se corre el riesgo cierto
de poner al descubierto
y por sobre todas las cosas
las maravillosas rosas
que uno busca
en vez del desierto
de unas ganas truncas
y disfrazar la realidad
con el vestido que más nos gusta.
Pero sé fehacientemente
(y no quieras una respuesta inteligente
de como hago eso)
que tu corazón siente
lo que tu mente contundente
no se atreve a soñar.
Y entre tanto errar y errar
mi alma errante
quiere enamorar tu alma.
Y no encuentra calma
más que en esa idea
que de todas maneras
es el plan más absurdo
que haya tenido en mi historia,
pero segundo a segundo
y olvidando la memoria
persigo mi destino
de ser feliz contigo
y sostener a diario tu alegría.

09 diciembre, 2005

Tan libre en mis brazos

Podés ser tan libre
entre mis brazos.
Ellos que en vez
de acotarte, te liberan.
No tendrás más presiones
y urgencias
que tu carne
y su turgencia.
Serás libre para siempre
mientras el corazón sienta
y la mente no se arrepienta
del amor un día dicho.
Y defenderé con ahínco
tu independencia
y a conciencia
seré tuyo.
Con amplio orgullo
se hinchará mi pecho
al saber que además del lecho
compartimos la vida.
Que podés ser tan libre
en mis brazos
y yo en tu regazo
me sentiré tan vivo.

07 diciembre, 2005

La sonrisa oculta de Bettina

Acuarela

En pleno mediodía
la fantasía
se hace menos evidente,
pierde un poco su magia
y entre la gente
se desmaya
la esperanza
de verte para siempre
entre mis brazos.
Son como trazos
pintados con acuarela,
la humedad se cuela
y desdibuja los colores
que como las flores
se marchitan
para renacer
a medianoche
en el derroche
de poemas
que a los problemas
intentan vencer
y a la desdicha
contener
a fuerza de esperanza.

Disipa la fantasía
con su sol radiante
y por un instante
ciego veo
que mis sueños
están lejos.
Pero por eso no dejo
que me ganen
los fantasmas.
Que si verdad
existe un drama,
es el miedo de perderte.

Y mis ansias tan urgentes
que el miedo se hace nada.
Por mi afán
de estar contigo,
está tan vivo
mi corazón que tanto late
(antes dormido)
hoy despierto
quiere conquistarte.

05 diciembre, 2005

Dos lágrimas traicioneras

Se acaba el sueño,
es hora de ir a casa.
Pero despierto
todavía me abraza
tu alma pura
y el infierno de tus piernas.
Llevo en mi primavera,
que ha durado casi una semana,
que no empaña
la vigilia.
Porque estos pocos días
vivirán en mi vida
hasta el día de mi muerte,
que aunque vengan
emociones más fuertes
estas son las primeras.
Y para mí el tenerte
casi en exclusiva
fue un cerrar heridas
a fuerza de cumplidas
esperanzas.
termina el sueño
(el primero)
y la calma y la alegría
que me dio tu alma.
Y por más que no lo quiera,
ni vos te lo merezcas
al irme ahora
se me caerán
dos lágrimas traicioneras.

04 diciembre, 2005

Me pregunto

Me pregunto
si todo está bien,
si el miedo o el desdén
ganarán la batalla.
O lo que es ahora
no será mañana.
Me pregunto
si las hazañas
serán duraderas
o si las enredaderas
del tiempo
afixiarán los sueños.
Me pregunto
si seré tu dueño
y posesión,
o tu corazón
me condenará al olvido.
Me pregunto
si lo sufrido
será recompensado
y lo querido, logrado
y lo logrado, perdurable.
Me pregunto
si tu inefable
sonrisa
me iluminará siempre
y si tus bellos dientes
se mostrarán
como amenaza.
Me pregunto
si las tenazas
de la vida
te atraparán
o te soltarán
en caída libre.
Me pregunto
si te sentirás
feliz y libre
amarrada a mi abrazo.

En todo caso,
son válidas preguntas
de ésta presunta
unión eterna
que me agita y me desvela
como tu piel me quema
y tu alma suena
en mí como campanadas.
Que es tan extraña
la fuerza del cariño,
que dormido
tengo los mismos sueños
que despierto.
Y ojalá mis desaciertos
no sean recurrentes
ni tan potentes
como para anular
tu amor nuevo,
que de un pequeño juego
de palabras
se hizo mil poemas
(y los poemas
se hicieron realidades).

02 diciembre, 2005

Abandonar las sombras

Abandonar las sombras
para siempre
y entibiarme al sol
de tu mediodía.
Entregar a las melodías
de tu cuerpo
de a uno mis días.
Y en las noches
entre caos y armonías,
cimentar la vida
para un futuro venturoso.
Correr presuroso
a tus ojos tiernos,
ver luego mi averno
como pretérito olvidado,
pero que sin embargo
su amargo legado
sirvió para merecerte.
Y alguna vez guarecerme
de las tormentas
en el abrazo de tus piernas.
Y en intermitentes
lapsos de locura
recordar mi dura historia
para que la memoria
compare mis dos vidas:
la de antes, la agonía
y la de hoy,
pura felicidad eterna.

01 diciembre, 2005

Despropósito (Poema CC)

Un despropósito lo nuestro,
que para cautelas
está la vida llena
de ocasiones.
Una desmesura clara y oscura
según las presiones
del momento.
Un despropósito lo nuestro,
que para la paz
está la tumba.
Y una vez muerto
descansaré en ella
no sin antes
haberte dado las más bellas
jornadas de tu vida.
Un despropósito lo nuestro
que cura las heridas
y a veces abre nuevas.
Y es cielo abierto
con estrellas rutilantes
que en un instante brillan
y luego parpadean,
pero jamás ciegan
y no se apagan nunca.
Un desprpósito lo nuestro,
aunque haga lo que haga
nunca habrá calma
porque es constante crecimiento.
Un despropósito, es cierto,
pero jamás fuimos más felices.
Y los años tristes
se han olvidado
en un pasado
que carece de memoria.
Hoy es todo gloria
porque nuestras almas se tocan
a través de los cuerpos,
que casi sin quererlo
se han enamorado.