Poeta carente de su musa
Los últimos estertores
y los honores del servicio
hacen del suplicio
del moribundo
cosa eterna.
Que no por buena
una ilusión
enamora al corazón
elegido.
Y así todo lo esperado
y lo sufrido
se hace nada.
Y así una mañana
se despierta sola
y aunque todo te nombra,
tu imagen no aparece.
Y tu espejismo se mece
en ausencias y presencias
como encantamiento.
Y de verdad yo siento
tanta pena
por mí mismo
y por mi destino
de poeta
carente de su musa,
que reclusa
con cadenas
de otros tiempos,
recuerda sus pesares
y no el aliento
fresco de mi nueva vida
tantas veces prometida
ahora hecha imposible.
y los honores del servicio
hacen del suplicio
del moribundo
cosa eterna.
Que no por buena
una ilusión
enamora al corazón
elegido.
Y así todo lo esperado
y lo sufrido
se hace nada.
Y así una mañana
se despierta sola
y aunque todo te nombra,
tu imagen no aparece.
Y tu espejismo se mece
en ausencias y presencias
como encantamiento.
Y de verdad yo siento
tanta pena
por mí mismo
y por mi destino
de poeta
carente de su musa,
que reclusa
con cadenas
de otros tiempos,
recuerda sus pesares
y no el aliento
fresco de mi nueva vida
tantas veces prometida
ahora hecha imposible.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home