02 diciembre, 2005

Abandonar las sombras

Abandonar las sombras
para siempre
y entibiarme al sol
de tu mediodía.
Entregar a las melodías
de tu cuerpo
de a uno mis días.
Y en las noches
entre caos y armonías,
cimentar la vida
para un futuro venturoso.
Correr presuroso
a tus ojos tiernos,
ver luego mi averno
como pretérito olvidado,
pero que sin embargo
su amargo legado
sirvió para merecerte.
Y alguna vez guarecerme
de las tormentas
en el abrazo de tus piernas.
Y en intermitentes
lapsos de locura
recordar mi dura historia
para que la memoria
compare mis dos vidas:
la de antes, la agonía
y la de hoy,
pura felicidad eterna.