08 febrero, 2006

Sé que mis sueños

Sé que mis sueños
no son para cualquiera,
que la vida entera
de alguna manera
es mucho tiempo
para que el aliento
del amor perdure.
Pero si el perfume
de tu piel
me dice lo mismo
que el fiel
corazón que te sostiene
y que contiene
el incómodo sentimiento,
que aún sin juramentos
te ata a mis días.
Yo sé que tu presente
se resiste a ser mañanas
y que tu mente
lucha con tu alma.
Que de algún modo misterioso
te parece peligroso
mi afán de enamorarte,
pero el distante
futuro que te inquieta
para mí es la meta
perseguida
y que no veo tan remota.
Si mi amor es poca cosa
o mis ganas tan ansiosas
que tanto te asustan,
creéme cuando digo
que tenaz porfío
por hacer de mi fantasía
la más digna
razón para conquistarte.
Y el gran arte
de hacer eternidades
empieza siempre
con anhelantes
confusiones,
que quizás luego
sean bastiones
ante la desesperanza.
Y si ahora no alcanza
nuestra sabiduría
para prever la alegría
venidera,
de igual manera
me entrego al destino
de intentar ser tus caminos,
tus metas y tus verdades
y que las soledades
sean monstruos extintos.