29 enero, 2006

Vértigo

Terribles desafíos enfrento
porque el futuro incierto
a veces me da vértigo.
El tener que conquistarte
diariamente
agota a mi mente
y asusta a mi alma.
A veces deseo la calma
de saberte mía
de una vez y para siempre.
Pero aunque el temor me tiente
a dejar todo,
no encuentro nunca el modo
de renunciar a mis afanes
que por más que me acobarde
la duda
podés estar segura
que no voy a irme,
que la idea sublime
de darte felicidad y vida
hace a mi valentía
prevalecer.
Y espero con ello merecer
tu amor y tu cariño
y que con un gesto tímido
puedas decirme alborozada
que estás enamorada
de una vez por todas
y que no ves la hora
de prometernos la vida
hasta el fin de nuestros días
como se prometen
quienes en verdad se aman.