17 enero, 2006

En peligro pero indemne

Tu dulzura cotidiana
desdibuja la ferocidad
que de vez en cuando
te estalla
en el alma que calma yace
y que de tan adentro nace.
Acaso no puedas ser
de otra manera
más que impredecible
y eso no consigue
que me acobarde.
Que tu furia y su alarde
hacen que yo quiera
entregarme a tus garras
que nada las iguala
y mi corazón mecen.
Aunque a todos estremecen
a mí me dan alegría
y persisto en mi porfía
de cruzar sin heridas
por tus brazos y tu vida
en peligro pero indemne.