10 enero, 2006

No me pidas

No esperes de mí que calle
por piedad
mis palabras de amor
y a decir verdad
tampoco puedo
dejar de demostrártelo.
No me pidas que comprenda
tus ganas y tus miedos
cuando son sólo agujeros
que tiene tu corazón.
No quieras que sea oportuno
cuando yo como ninguno
puedo vencer al temor
de tocar a las estrellas
y en una vida bella
crecer los dos.
No esperes de mí que huya
cuando es sólo la tuya
carne que deseo
que es como un fuego
que me abrasa y que me arrasa
y que sin vos no puedo
comprender la vida.
No me pidas que respete tus heridas
cuando quiero curarlas.
No me cortes las alas
que están para abatir fantasmas
y para surcar los cielos del mañana
y para volar los dos.
No me pidas que me aleje
porque el día que te deje
será para ir a la tumba.
No quieras que te deje en penumbras
cuando la luz de tu figura
es mi única esperanza.
No sueñes que demore
el futuro de flores
que tejo para darte.
Y no quiero escucharte
nunca más, querida,
que tu amor es flor de un día
cuando tu alegría
me dice lo contrario
y cuando tu sonrisa
acude a toda prisa
cuando una tibia caricia
se enreda por tu pelo.
No impidas que tu cuerpo
sea mi imán y mi meta
y que a tu puerta
espere siempre
con firmeza e impaciente
que me invites a tu vida.