06 marzo, 2006

Ojalá

Cuando más abandonado estoy
en tu amor que veo eterno,
cuando más olvido el hoy
y los fuegos del infierno
de la duda y sinrazón,
de la oscuridad y el miedo,
todos los fantasmas derrotados
que yacían olvidados
toman fuerza de la nada
y en cruel bandada
atacan mi alma
sin misericordia.
Cuando al fin la gloria
parece victoriosa
tu alma dolorosa
nos duele a ambos.
Cuando los tiempos calmos
nos dan su bendición
y mi ambición
por amarte toda la vida
da insensata cabida
a insensatas dudas,
la desconfianza apura
el mal trago que a duras
penas soporto.
Ojalá yo fuera más sólido
y mi presencia, rutilante.
Ojalá que lo que tenga por delante
y toda mi triste historia
alumbre como en levante
y borre todos tus miedos.
Que todo lo que quiero
es siempre amarte
y algún día darte
una paz que no es de cementerio.
Cada tanto te sucede
que cuando al fin se puede
ser feliz a toca costa,
la duda te acompaña
y así empaña
todos mis empeños
y tus ansias y los sueños
de habitar un mundo
que en todos los segundos
encuentre nuestras almas juntas.
Ojalá un día pueda convencerte
y envolverte en mis brazos
y no soltarte nunca.