18 febrero, 2006

Te Ofrezco

Te ofrezco algo
que aún visto de cerca
siga pareciéndose a la eterna
felicidad.
Te ofrezco la continuidad
de mi abrazo
y la insólita certeza
de que tu belleza
me será bella años y años.
Te ofrezco todos los estadios
de la alegría
hasta que un buen día,
casi como cualquiera,
veas tu vida placentera
de tantos presentes sucedida.
Te ofrezco acometer con soltura
la peligrosa aventura
de conquistarte.
Te ofrezco adoptar tu fe
y tenerte fe contra toda duda,
vencer la mentira
y abolir la amargura.
Te ofrezco la incómoda premura
de mi sangre
y mi inagotable hambre
de intentar perpetuarme
en una tenaz urgencia
por hacer vivencias
los más locos sueños
de pertenecerte y ser tu dueño
y forjar la grandeza
de ser el merecedor
de tus promesas.