31 diciembre, 2006

Sinceramente

Sinceramente
creo que mi elocuente
silencio dice tanto
y las delicias
antes dichas
hoy en caricias
se hacen día a día.
Y no son éstas excusas
porque las reclusas
palabras
no se dibujan en poemas.
Y tampoco las penas
que ya no son
me eximen,
pero creo que mi silente
poesía
no es disímil
y los hondos versos
son tan bellos
(si alguna vez lo han sido)
como los besos
que te prodigo
a cada instante.
Musa,
ya no eres distante
y habitas hoy conmigo.
Y cada suspiro
que me arranca
tu pecosa cara
es un prodigio
de poesía.
Es mi voz que clama
que tantos versos
no valen una sola mirada
de tus ojos que te muestran
tan enamorada.