22 agosto, 2006

Ciudadana ilustre

Los semáforos
se sonrojan y reverdecen
y en la acera crecen
flores a tu paso,
tu sombra asombra
a las paredes
que te nombran
ciudadana ilustre.
Y anida el sol en tu cabello
porque en él
se ve más bello
y más potente.
Eso es lo que siente
mi corazón cuando te veo
en el meneo de tus pasos
y quiero tomarme de tu brazo
y desafiar la penumbra
del ocaso
pegado a tu cintura.
Que no hay noches
ni brumas
ante el fulgor
de tu presencia
que enciende mi conciencia
de sentirme vivo,
triunfa en lo profundo
y me muestra el mundo
con los colores
de tu maravilla.