16 octubre, 2005

Atado a tu cintura

La luna me mira
y suspira
al evocar el peligro
que yo creí tan mío
y ahora descubro también tuyo
y todo mi orgullo
de cazador solitario
se ve apocado
por las enormes dudas
que conlleva una criatura
tan dulce y tan segura
de sus raíces
que hace temblar
mi estructura
de pensamiento
y mi filosofía.
Te pensé tantas veces
un poco víctima
y parecés ser
sólo un instrumento
de un ser que aún no siento
pero que se me insinúa.
Y lo que fue imposible,
increible e inasible
hace aunque no quiera
temblar a mis ideas
que se resquebrajan
ante el peso del encuentro.
Extraño sentimiento
del cazador cazado
en pleno vuelo.
Ahora mi desvelo
es comprender que me pasa.
Yo que siempre fui descreído
en tu amor creo
que hay mucho más
que meras coincidencias.
Y a fuerza de hablar
honestamente y a conciencia
veo que mi ciencia
poco sabe
y mucho duda
sobre un ser omnipotente
que quizás tengo enfrente
atado a tu cintura.