10 septiembre, 2005

Una noche de flores perdidas

En una noche
de flores perdidas
que en el descuido
del beso
volaron al viento,
la vida me da sueños
tan efímeros
que he de arder
en el fuego de tu abismo
y con un suspiro
entregar el alma
al frágil sino
de tus labios
que hoy están conmigo
y mañana es un misterio.

Bulle mi espíritu
bajo tu mirada
y la lógica naufraga
en promesas de delicias.
No sé muy bien que hacer
con mis palabras,
cómo decirlas,
cuándo callarlas
hoy que tengo tantas ganas
de proezas
y tu cuerpo urgente
me reclama,
amotina todo pensamiento
y los sentimientos
se confunden.

A veces de la confusión
y el caos
nacen los milagros.