10 septiembre, 2005

Condena

Cuento las noches
largas horas
de condena.
Cuento cada eslabón
de la cadena
e intento liberarme
o que el alba llegue
y será otro día
cumplido de pena.
Ingentes tareas
me aguardan
de vencer fantasmas
de historias pasadas
y miedos futuros,
como si ya no fuera
lo suficientemente duro
mi destino
que sino estuvieras
esperando ya hubiera
huído a otros sitios
más amables y propicios.

Pero ante toda
duda y certeza
te pregunto urgente:
¿Me esperás realmente
o son mis fantasías?