14 septiembre, 2005

Poema de Bettina III

Dejá mis tristezas ahora querida.
Dame alegría.
Dame tu alma exquisita
en forma de sonrisa
y de besos y dejá
que yo me ocupe de las caricias
y te envuelva para regalo
en dulces palabras.
Dejá que la maravilla
obre su portento.
Y dame los momentos
de los que hablás siempre.
Mostrame que el día a día
sin futuro
también puede ser alegre
Y que podemos vivir toda una vida
diá a día
y que el mañana
se ocupe de sus asuntos.