10 septiembre, 2005

Castillo de Hierro

Quisiera escribirte
cada noche
para entregarte
cada mañana
en una hoja garabateada
un nuevo poema.
Que me inspiren
tu aliento y tu perfume
y las ruinas y el herrumbre
del castillo de hierro
hecho cenizas.
Al tocarte con mis besos
pueda luego hacerlos versos
para que perduren.
Y mi amor que entró
por tu ventana
se demore en tu cama
y ya no se vaya.