10 septiembre, 2005

Réquiem para un poema

Un poema ha muerto
entre mis manos
y de él sólo recuerdo
el sentimiento vago
de una vuelta a casa ajena.
Y decía que quería
llevar conmigo
tu imagen como presencia
para hacerme compañía.
Ha muerto en mis manos
el poema
ahora el más bello
por no ser jamás leído.
Ha partido, éstos versos
son sus exequias.
Y es casi un delirio
hablar de algo
que no ha existido
más que unos instantes.
Que frustrante es la muerte
apenas luego de haber nacido.
Que necio y egoísta soy
hay quién pierde un hijo
y sufre y pena.
Y yo lloro y lloro tanto
mi poema.