20 septiembre, 2005

Batalla

Exquisito placer
me causa tu piel
recorrida por mis dedos
y es tan extremo
que dejo mi cerebro
para concentrarme
en nuestros cuerpos
que se preparan
como para una batalla,
tus senos se inflaman,
mi sexo se agiganta
y entre ataques y defensas
los planes de guerra
se abandonan
y en la escaramuza
se rompen las lanzas
y nace la poesía.
Enemiga mía
todos nuestros encuentros
terminan en lo mismo.
Primero la lucha
y luego la dicha
dibujada en las sonrisas.